Quizás solo algunos pocos, interesados y estudiosos del tema, conocen que el 21 de septiembre de cada año (ayer en este 2025), se conmemora el Día Internacional de la Paz, establecido por la ONU en 1981 con el objetivo de fortalecer los ideales de paz entre las naciones y los pueblos del mundo.
Me resulta paradójico que uno de los valores universales de la humanidad, la paz, deba tener un día para conmemorarse, debido a que, a pesar de que seguramente es el tesoro más deseado por todas las personas, los egos, las guerras de intereses y de todo tipo, nos han ido alejando de esta virtud que urgentemente debemos recuperar los seres humanos.
En mis sesiones de consulta, así como en charlas familiares y de amigos, cada vez que se pregunta cual es uno de los regalos más preciados que nos gustaría tener, la respuesta es la de vivir en paz.
Sin embargo, en un mundo donde la tendencia es la competencia para demostrar ser mejor que los demás, el apego por la posesión de bienes materiales, la necesidad de poder en las personas y en las naciones, dentro de muchos otros factores, generan permanentemente pugnas interpersonales, pleitos sin escrúpulos y, guerras militares, económicas o ideológicas entre los pueblos del mundo.
Grandes seres humanos desde Jesucristo y antes han enarbolado la bandera de la paz y la justicia como el gran legado que deberíamos buscar cada uno para nuestro interior y en nuestra interacción con el prójimo, cualquiera que este sea.
“Mi paz os dejo, mi paz os doy”, predicaba Jesús.
De ahí frases legendarias como la de Mahatma Gandhi quien enseñaba que, “no hay camino para la paz, la paz es el camino. Igual que aquella de John Lennon en los 70´s con su campaña “démosle una oportunidad a la paz”.
Así como la paz vive en el interior de las personas, así también vive el ego que se llena de otros ingredientes y que suele dividirnos por dentro, entre el bien y el mal, como se estudia en las filosofías universales.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum ha establecido que la construcción de paz es uno de los ejes principales en el combate a la inseguridad, mostrando un modelo diferente a los aplicados en otras épocas o en otras partes del planeta.
Reflexionemos y establezcamos que es casi tan innecesario como inútil, la conmemoración de la paz por decreto de un organismo, un día del año, si las personas no tenemos la convicción de que, sin este valor tan preciado, el mundo está predestinado a vivir en el caos, la guerra y las pugnas permanentes como ha sido a lo largo de la historia universal.
Sea la paz para las mujeres y los hombres de buena voluntad en todo el mundo, hoy y siempre.