Según el Censo Nacional de Sistemas Penitenciarios, en México hay más de 236 mil personas privadas de la libertad en centros penitenciarios federales o estatales, donde la gran mayoría son adultos.
En total hay 14 centros federales, 261 estatales y 50 centros de internamiento para menores de edad, donde muchos de ellos gozan de beneficios a cambio de dinero.
De hecho hay denuncias periodísticas donde familiares aseguran que en los ceresos del país se cobra por todo, entre otras cosas por tener el privilegio de una línea telefónica que por ley está prohibida.
De ahí que los internos con más poder económico utilizan esas ventajas concedidas por los celadores y directivos, para continuar con sus actividades delictivas, entre ellas la extorsión telefónica.
En días pasados, el ecosistema Notivox publicó un especial donde evidencia que el Estado de México y Nuevo León encabezan las entidades donde hay mayor prevalencia de ese delito.
El reporte oficial señala que de los crímenes que más cometieron las personas privadas de su libertad, el secuestro fue el más común y precisamente utilizan las facilidades para seguir delinquiendo.
Es común recibir llamadas de números desconocidos o con marcación de otros estados, y que en muchos de los casos son realizados por parte de reos en una modalidad de secuestro virtual, donde obtienen jugosas ganancias.
Este jueves, el gobernador Samuel García pidió al Gobierno federal la adquisición de inhibidores, ya que el 70 por ciento de extorsiones proviene de Altamira, Tamaulipas.
Durante la XXXI Asamblea Plenaria de la Conferencia Nacional del Sistema Penitenciario del país, el mandatario estatal demandó una mejor cooperación de otros penales del país, para que revisen y adopten medidas como la instalación de inhibidores de llamadas telefónicas, como los implementados en los penales de Nuevo León.
Sin duda tiene razón el mandatario estatal, porque la tecnología es de gran ayuda para cerrarle la puerta a los criminales, pero lo que sucede en esos centros de detención evidencia lo que muchos sabemos: la corrupción es un mal arraigado en todo el territorio nacional, aunque lo quieran esconder.
