Cultura

Cien años de Mutis y Maqroll

Hay una historia curiosa de dos amigos colombianos a los que les interesaban los libros y querían ser escritores. Se conocieron muy jóvenes, hacia los veinte años de edad. Uno se inclinó por la narrativa y ejerció siempre (por ejemplo desde el periodismo) como escritor profesional; la pluma fue para él una forma de ganarse el pan y la sal. El otro, al que le interesaban los versos, intentó diversos oficios; fue locutor de noticias y actor de radio, y funcionario de empresas particulares, incluidas compañías de cine. Nunca pensó vivir de la palabra impresa. Por cosas de la vida, los dos fijaron su residencia en México.

Hubo un momento en que las cosas parecían muy claras: según lo publicado, el más joven de ellos, que se llamaba Gabriel García Márquez (nacido en 1927), era un gran narrador; y el otro, que firmaba sus libros como Álvaro Mutis (1923), un poeta extraordinario… Ambos con reconocimiento internacional, sin que compitieran, pues en sus actividades literarias no rivalizaban y eran hasta cierto punto complementarias.

En los años ochenta del siglo pasado Mutis hizo una primera recopilación de sus trabajos en prosa (La muerte del estratega, 1985), que abría con ese raro y estremecedor Diario de Lecumberri (1960), e incluía La mansión de Araucaíma (1982), relato gótico de Tierra Caliente, además de otros cuatro cuentos. Eso pareció señalar un camino nuevo; quizá fue el punto de partida de una transformación, pues pocos años después, en esa misma década, aparecieron La nieve del Almirante (1986), Ilona llega con la lluvia (1986) y Un bel morir (1989), que eran claramente novelas.

Libro de Álvaro Mutos
Álvaro Mutis

Destacaba en ellas, como protagonista, Magroll el Gaviero, nombre que no era ajeno a los lectores de la poesía de Álvaro Mutis. De hecho, la primera reunión de sus versos se llamó Summa de Maqroll el Gaviero (1973). Hay un poema de juventud, “Oración de Maqroll el Gaviero”, escrito a los diecisiete años, incluido en Los elementos del desastre (1953).

Mutis ha explicado cómo es que nació Maqroll como alter ego poético: “Sentí que era absurdo que una persona [como yo] de dieciocho, diecinueve, veinte años, con su propia voz y en primera persona, contara y comentara una percepción del mundo tan destruida y corroída. Entonces inventé a ese personaje en el que sí se justificaba, por las experiencias que había tenido, el que pensara y viviera así. Me fue de mucha utilidad”.

¿Y qué experiencias había tenido Maqroll? Eso era algo por contar. Mutis ha dicho que sus libros narrativos son comentarios, extensiones, ampliaciones, desarrollos de temas que están en sus libros de poesía; quien lea estos con cuidado, advertía, puede descubrir los orígenes de cada episodio de las novelas.

La saga, en su forma final, se llamó Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero, conformada por esos tres títulos iniciales, ya mencionados líneas arriba, más estos otros: La última escala del Tramp Steamer (1989), Amirbar (1990), Abdul Bashur, soñador de navíos (1991) y Tríptico de mar y tierra (1993).

Fue un segundo aire que le dio un sitio nuevo a Mutis, no ya como poeta, sino como novelista. Y este segundo oficio es el que suele destacarse ahora, por el éxito de la serie narrativa, cuando en sus orígenes, y quizá en su centro, está la poesía.

Como estrictos contemporáneos, hay que celebrar, así, a Mutis y Maqroll en el centenario de sus respectivos nacimientos. No puede entenderse a uno sin el otro. Diría el segundo: “Recuerda, Señor, que tu siervo ha observado pacientemente las leyes de la manada. No olvides su rostro. Amén”.

Álvaro Mutis. Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero. Disponible en Debolsillo, Alfaguara y RM, en formatos físico y digital.


Mary Carmen Sánchez Ambriz

@AmbrizEmece


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Mary Carmen Sánchez Ambriz
  • Mary Carmen Sánchez Ambriz
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  • Ensayista, crítica literaria y docente. Fue editora de la sección Cultura en la revista Cambio.
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