
Cuando películas como X-Men o series como Héroes, proponen en su narrativa seres humanos con poderes “especiales” fuera de lo ordinario, nos parecen simplemente divertidas ocurrencias de la imaginación de sus creadores. Lo cierto es que de acuerdo a la tradición yóguica, es posible que los humanos, o más concretamente, los yoguis o practicantes de yoga, puedan generar perfecciones, logros mentales o siddhis como la telepatía, la ubicuidad, la levitación, la telequinesis, la clarividencia, la fuerza extraordinaria, la capacidad de curar y volar, o la transfiguración.
Como explica el portal filosofiaenlared.com, los llamados siddhis o poderes yóguicos, también conocidos como capacidades extra sensoriales, se obtienen en el Hatha Yoga a partir del trabajo con el cuerpo físico, desde donde el practicante avanzado intentará acceder a los poderes que residen en el cuerpo sutil o energético y eventualmente liberarse: “Para el yogui el cuerpo material es el vehículo de la trascendencia”.
En los Yoga Sutras se explica que los cerca de 25 siddhis pueden resumirse en el “control excepcional del cuerpo y la mente, la clarividencia o habilidad de obtener conocimiento sin importar las limitaciones de espacio o tiempo, y la psicoquinesis o la capacidad de la mente para influir directamente en la materia”. Asimismo, estas perfecciones se alcanzan a través de la práctica del “samyama”, que es la mezcla de concentración o dharana, meditación o dhyana, y el samadhi o éxtasis de la Unión con el Ser Supremo; en otras palabras, el reconocimiento de la verdadera naturaleza perfecta, luminosa y eterna.
Paradójicamente, afanarse por conseguir los siddhis o hacer gala de ellos, no hace más que fortalecer el Ego lo que implica distraerse del camino espiritual e incluso la renuncia a la iluminación.
Hablando de asanas, a la postura Perfecta o la postura del Logro, conocida en sánscrito como Siddhasana, algunos la describen como la “posición del maestro que ha alcanzado la perfección” y ha conquistado los poderes yóguicos. Pero el verdadero beneficio de Siddhasana, es que brinda el espacio para meditar en el poder y la belleza de dar amor incondicional. Y es que el amor, gracias a su enorme potencial transformador, es el mayor súper poder de todos.