Sociedad

Aquello que llaman “tierra”

  • Columna de Marco Sifuentes
  • Aquello que llaman “tierra”
  • Marco Sifuentes

En el mundillo de la estrategia política suelen dividir las campañas electorales en “aire” y “tierra”. De la primera hemos hablado bastante en las pasadas entregas; de la segunda, nos ocuparemos en esta.

La tierra consiste en el trabajo que realiza el ejército de militantes y seguidores de un partido o comité de campaña para detectar, promover y “movilizar” a los simpatizantes y posibles votantes a favor del candidato o candidata.

Lo cierto es que en una democracia consolidada habría razón para detectar a los simpatizantes y promover entre ellos la propuesta de la que se trate; no así para movilizarlos, pues esto se ha prestado a grandes abusos, cooptación, inhibición, compra de votos, desvío de recursos, financiamiento ilícito y, por supuesto, fraude; sin embargo, en México existe toda una tradición al respecto, instaurada por el partido que predominó por más de 80 años y que a la postre adoptaron algunos de sus contrincantes.

Jorge Zermeño, tres veces alcalde de Torreón, líder del Congreso de la Unión y ex embajador del México en España, solía decir que cuando se logra despertar la conciencia y la emoción de los votantes, no hay necesidad de movilizarlos, ya que estos solos acuden de manera voluntaria y entusiasta a las urnas.

En la campaña a gobernador de Javier Corral por Chihuahua y en muchas otras, no solo renunciamos a toda la parafernalia de la movilización territorial, sino que, por razones ajenas, ni siquiera se alcanzaron al cubrir con representantes una parte importante de las casillas del municipio de Ciudad Juárez, lo que dejó expuesto al candidato durante la jornada y a la hora del conteo; empero, a pesar del operativo de movilización desplegado por el partido gobernante en ese momento y a los millones gastados en el empeño, terminaron llevando a las urnas a quienes ya tenían claro que votarían por el panista y actual gobernador y fueron ellos mismos, los ciudadanos, los que se encargaron de vigilar el proceso y contar los votos que nos dieran la victoria.

No quiere decir que no se deba contar con un ejército de voluntarios tocando puertas y llevando nuestro mensaje; al contrario, mientras más activistas se involucren en la tarea de ir a mover las almas, mucho mejor; lo que se debe evitar y combatir es la simulación, el chantaje de falsos líderes, charlatanas y charlatanes que han hecho de la “tierra” el mejor negocio del mundo y cuando llega el día de la elección no hallan cómo justificar sus inconsistencias, mentiras y consecuente derrota.

Debo aclarar que hoy existen firmas profesionales que realizan esta tarea de manera seria e incluso apoyados en plataformas tecnológicas que facilitan el activismo territorial y digital con resultados extraordinarios, medibles y predecibles, sin recurrir a prácticas antidemocráticas y deleznables.

Se suele decir que la campaña se gana por aire y la elección, por tierra; yo diría que ambas se ganan por aire, pero se defienden en el campo de batalla de la calle, la plaza, la casa y la casilla.

López Obrador no necesitó movilizar a nadie para arrasar en su elección; sólo encontrar el mensaje correcto y la temperatura adecuada.

En Argentina resolvieron el tema a través de las PASO, elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, de las que pronto les hablaré. 


[email protected]

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.