A pesar de las componendas mafiosas, “arreglos” camerales y traiciones para aprobar la vigencia desde el 2030 de la ley antinepotismo electoral en el Senado de la República, el mandato de Claudia Sheinbaum se cumplirá al pie de la letra y se impondrá en el 2027.
Lo ideal, suscribió la presidenta de México, sería que quedara incluida en la Constitución. Sin embargo, no obstante los arreglos en lo oscuro entre los lopezobradoristas Adán Augusto López y Manuel Velasco para que dicha legislación iniciara hasta el 2030, el gozo se les fue al pozo.
Y hoy sí, “por órdenes superiores”, ésta valdrá para todos los integrantes de Morena y sus incondicionales y veletas aliadas del Verde y el PT, para que se cumpla en las elecciones federales del 2027
Si no lo querían entender o asimilar Adán Augusto, líder de Morena en el Senado y Ricardo Monreal en la Cámara de Diputados, su jefa máxima, -no AMLO- ya dio por fin un golpe de timón al que ambos tendrán que obedecer, so pena de ser sustituidos por otros de sus correligionarios.
Por supuesto que desde ayer, en apariencia, ya es de otra forma el mandato de Sheinbaum, es decir, con el certero golpe que asestó en la mesa de Palacio Nacional quizá inició la presidencia real de su administración que no podía tomar de lleno por los compromisos adquiridos de su mentor y que le heredó de manera perversa.
De esa forma, el mandato de la presidenta tendrá que ser obedecido por la soberbia y engreída grey de López Obrador que aún le aplauden y ponderan, pese a los esfuerzos que ha hecho la Jefa del Ejecutivo federal porque su administración camine ya por un sendero de equidad y justicia.
El martes, cuando se aprobó en el pleno de la Cámara de Senadores que la ley antinepotismo iniciara hasta el 2030 su vigencia, Sheinbaum le ordenó a Luisa María Alcalde, dirigente de Morena, que se pronunciara con el objetivo de que su partido no registraría familiares o consanguíneos directos en la elección federal del 2027.
Hecho que quedó consignado de manera pública para que lo “escucharan” y asimilaran Adán Augusto, Manuel Velasco y todos los esbirros de ambos personajes, los que además de indisciplinados han mantenido en jaque desde el inicio de la administración, a la propia Sheinbaum porque han obedecido y obedecen a pie juntillas a López Obrador.
Con las resoluciones inmediatas de la presidenta de México, sin duda en el corto plazo, sus iniciativas tendrán que ser aprobadas como lo planteará a los legisladores de Morena e incondicionales si quieren conservarse en la palestra cameral.
Por lo pronto no habrá más excepciones como ocurrió el martes, cuando el ordenamiento dado a López Hernández era claro y preciso de aprobar dicha ley para 2027.
La soberbia y desobediencia se pagan caras y ayer le salió barata al otrora titular de Gobernación con su amigo López Obrador, quien sin duda volvió a ordenarle que le hiciera el favor a sus protegidos e incondicionales hasta el 2030. Cuestión que fue censurada y descalificada por Sheinbaum.
Al parecer ya se les acabaron las canonjías a los tabasqueños, veracruzanos, zacatecanos, poblanos, sinaloenses, guerrerenses; políticos y aprendices de López Obrador.
