Ya como práctica común aprendida al pie de la letra en el pasado reciente, el Gobierno de la República que encabeza Claudia Sheinbaum aplicó la misma fórmula que utilizó su antecesor para negar sus responsabilidades pese a las evidencias: “todo es obra de la oposición”.
Así de fácil, de frívola, sostuvo que los hallazgos de Teuchitlán, Jalisco, son invenciones viles de los detractores del sistema. Lo hacen para desprestigiar a “nuestro movimiento”, expuso categórica.
No cabe duda que Sheinbaum aplica la misma filosofía barata que López Obrador argumentaba de vez en vez, cuando se sentía acorralado por las demandas de la ciudadanía.
Sobre el Rancho Izaguirre en la entidad jalisciense, sin sonrojarse externó que los opositores “ya se gastaron en bots y campañas más de 20 millones de pesos en cuatro días”, aprendió a la perfección las enseñanzas de su mentor para hoy convencer a los 36 millones de mexicanos que votaron por ella el 2 de junio del 2024.
No hay que ser adivino para saber que la mandataria estará presta a todo lo que ella considere ataque a López Obrador, porque incluso ya lo defendió el martes pasado con el argumento de “ya déjenlo en paz. Él no tiene nada que ver con lo acontecido en Teuchitlán”.
El otro vocero oficioso del tabasqueño, el paseador en primera clase y a todo lujo con cargo al erario a Estrasburgo, Francia, Fernández Noroña, fue el primero en defender a su jefa máxima con la reiteración de que el gobierno de Morena no tuvo nada que ver con el hallazgo del referido rancho en Jalisco. Antes de su paseo insistió que los más de 300 pares de zapatos encontrados en Teuchitlán no son responsabilidad del gobierno federal.
Empero, la polémica y presunción es que sitios clandestinos como los ya referidos y otros más, encontrados en otras partes de la República, darán mucho de qué hablar en el resto de este sexenio qué inició con la negativa de la propia presidenta de México, de que no podría realizar muchos proyectos en favor de las clases más necesitadas.
Sin duda, uno de sus crasos errores será el de la defensa ultranza y a como dé lugar, de la negativa actuación de López Obrador al frente del régimen que encabezó a partir del 1 de diciembre de 2018 y hasta el 30 de septiembre del año pasado, en el que muchos millones de mexicanos, -más de 60 ciento, no fueron gobernados por él que se consideró el mejor presidente que haya dado México.
Hechos sin precedentes pero que no cumplió su cometido debido a su frivolidad, egolatría y muchos atributos que él se autoadjudicó y que fueron avalados en su momento, por el “pueblo sabio” que lo cubrió con ese manto de impunidad del que gozan los que llegan a la presidencia de México, que acaban con todo y viven en la impunidad.