Ante la ambición desmedida de algunos integrantes de Morena que desean ser candidatos de ese partido a puestos de elección popular en el 2027, la ley del nepotismo comenzaría a resquebrajarse previo a esos trascendentes comicios.
La realidad es otra y uno de los casos que volvió a aparecer en la escena pública es la del senador Saúl Monreal, hermano del líder de la Cámara de Diputados Ricardo y el hoy gobernador de Zacatecas, David Monreal.
A pesar de negarlo, cobijan al menor de esa dinastía para que se convierta en dos años en el tercero de esa familia en llegar a la primera magistratura de la entidad. Y como los zacatecanos Monreal, otro que sigue midiendo sus fuerzas es el senador Félix Salgado Macedonio, que no obstante ser el poder tras el trono en Guerrero, está empecinado en ser el candidato después de qué su hija Evelyn concluya su mandato.
No hay que hacer tanta memoria para acordarnos que, no obstante la iniciativa de ley que envió la presidenta Claudia Sheinbaum para que entrará en vigencia la ley del Nepotismo a partir del 2027, las huestes de Morena votaron en contra de la propuesta presidencial.
Para no ser la excepción y en abierta rebeldía, el mismo Adán Augusto López, coordinador de los senadores del partido en el poder, hizo lo propio y a mano alzada en contra de los designios de la Jefa del Ejecutivo federal manoseó la ley para que entre en vigencia hasta el 2030.
De esa forma, aunque la mandataria manotee en la mesa, las huestes guindas promoverán a sus mejores candidatos a las gubernaturas que estarán en juego dentro de dos años, no obstante que sean con sanguíneos directos de quien ejerce el poder.
Hoy todos los que son diputados y senadores, con la mira puesta en las 22 gubernaturas en juego dentro de dos años, no les importará los dichos de su jefa inmediata superior, ya que todos están convencidos de que trabajar fuera del presupuesto, es vivir en el error.
No hay que ser ni pitoniso ni agorero del mal para saber que en los próximos años vendrá el rompimiento de Morena hacia el interior, toda vez que nadie ha sido capaz de controlarlos.
Por supuesto que quienes impondrán el mal ejemplo entre los afiliados al multirreferido partido serán los Monreal qué no creen en nadie y para infortunio de los mexicanos y de los defendidos por López Obrador y compañía.
Así está el panorama de la multicitada instancia política, de cara a la elección de los próximos dos años, en el que de no establecerse el respeto a la línea de la presidenta, el barco hará agua.
Aún hay tiempo para que el barco no zozobre, por lo que Sheinbaum deberá imponerse y tendrá que dar un definitorio golpe de timón para que las ratas no comiencen a aventarse al mar.
