No obstante que el gobierno lanzó un grito de “triunfo contundente” en las elecciones judiciales del pasado domingo, sólo 10 de los poco más de 13 millones de votos emitidos fueron contabilizados para otorgarle el triunfo a los elegibles como jueces, magistrados y ministros del Poder Judicial mexicano.
Los 3 millones de votos inhabilitados por la propia ciudadanía -nunca antes se había registrado una acción de esa magnitud de parte de los que salieron a votar- dejaron en claro que los sufragios sirvieron de queja pública por todas las anomalías que enfrentan varios millones de mexicanos.
Y aunque se quiera minimizar el hecho, esos poco más de 3 millones de boletas anuladas no se contabilizarán en la suma final en la elección de integrantes de la nueva pléyade de jueces y ministros que tomaran protesta en septiembre próximo.
Así de esa forma, la realidad apunta que el fracaso de la histórica jornada electoral puede ser endosada tanto a gobernadores, como a presidentes municipales y diputados y senadores de Morena que incumplieron su cometido.
Con datos exactos del padrón electoral del INE de este año 2025, de los casi 100 millones de mexicanos incluidos en el listado oficial sólo votó 10 por ciento del total de la población mexicana, lo que no puede considerarse como “éxito político” de Morena.
Como ya se sabe, el triunfador de las elecciones judiciales fue el líder mixteco Hugo Aguilar -protegido de López Obrador- quien obtuvo más de 3 millones de sufragios en las poco más de 14 mil casillas instaladas a lo largo y ancho del país.
La autonombrada ministra del pueblo, Lenia Batres, se ubicó en la segunda clasificación con 200 mil votos menos que Aguilar y estuvo en auténtica lucha con denuedo con los consejeros del INE buscando ser ubicada arriba del ganador por fórmula de género no obstante haber perdido el sitial de privilegio.
En otros escenarios, en números fríos, el gran perdedor de la justa electoral fue Morena, que le apostó a que saldrían victoriosos con más de 30 por ciento del padrón, es decir, con más de 29 millones de votos emitidos. Y aunque persistan en menospreciar al que ellos llaman de manera despectiva el PRIAN, este se recompondrá con mejores candidatos que llevarán la representatividad de ambos partidos y ganarán sin menoscabo de sus detractores, como ocurrió el domingo pasado en Durango y Veracruz donde ambos partidos les dieron una repasada y les ganaron municipios que presumieron los de Morena que arrasarían, le quedaron a deber a la ciudadanía.