En días recientes ha quedado de manifiesto que la Gobernadora Delfina Gómez Álvarez está liderando una transformación histórica en el Estado de México, enfrentando con decisión los retos heredados en materia de seguridad. Con la ‘Operación Enjambre’, que ha dejado capturas de autoridades municipales que están en malos pasos y dañando a la ciudadanía, no solo se están desmantelando redes de complicidad con grupos criminales, sino que también se están sentando las bases para un modelo de seguridad más fuerte, transparente y eficiente.
La implementación de una estrategia de seguridad dio como resultado el despliegue de esta operación, que inició el pasado 22 de noviembre, marcando una clara muestra de que la maestra no tolerará prácticas que traicionen la confianza ciudadana. La detención de siete funcionarios, entre ellos una presidenta municipal y varios mandos de seguridad, es un paso contundente para garantizar que la corrupción no quede impune.
Se debe reconocer que la Secretaría de Seguridad estatal ha realizado un importante despliegue y coordinación con las fuerzas federales, y que la Fiscalía mexiquense también actuó de manera inmediata, logrando prisión preventiva para los implicados, quienes enfrentan cargos por delitos graves como homicidio calificado y secuestro.
La mandataria ha señalado que en su administración está comprometida con una política de seguridad que prioriza la justicia y la protección de la ciudadanía. La ‘Operación Enjambre’ es solo el comienzo de una estrategia integral que, por lo que se puede apreciar, busca no solo depurar los cuerpos de seguridad, sino también fortalecerlos.
Por cierto, también quedó al ojo público el respaldo de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo a estas acciones, con ello se ve la coordinación entre el gobierno estatal y federal, un factor clave para combatir la delincuencia de manera efectiva. Este trabajo conjunto envía un mensaje claro: la seguridad de los mexiquenses es una prioridad absoluta.