Resulta muy curioso —cuando menos para mí— la última reacción de los mercados ante los numerosos mensajes que ha lanzado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a sus socios comerciales en relación a los aranceles.
En la última semana se han enviado desde la Casa Blanca cartas a muchos países con indicaciones precisas sobre los aranceles que se les impondrán —a partir del 1 de agosto— a las exportaciones con destino a Estados Unidos; además, de la misma manera se anunció un nuevo gravamen para todo el mundo relacionado con las exportaciones de cobre, el cual se fijó en 50 por ciento a partir de la misma fecha.
Por otro lado, el mandatario republicano amenazó con poner un impuesto de 200 por ciento a los productos farmacéuticos si en un lapso de un año los principales laboratorios no empezaban a producir medicamentos en territorio estadunidense.
Francamente, estas noticias no son buenas, ya que incrementan la incertidumbre; sin embargo, parece que los mercados financieros han optado por ya no especular sobre cuáles serán los aranceles para cada país, pues los cambios de opinión del presidente Trump, además de ser muy frecuentes, son difíciles de predecir.
Por lo anterior, y al ver que los principales índices bursátiles —sobre todo en Estados Unidos— siguen creciendo, vemos que la razón que explica esta situación es que los inversionistas se empezarán a decantar una vez que se conozcan cuáles y dónde se aplicarán los aranceles.
A partir de ahí se podrán analizar los efectos tendrán dichos impuestos en el crecimiento económico global tanto en lo particular como en la economía estadunidense, para, entonces, poder valorar el resultado que tendrán las cuotas en la inflación de Estados Unidos y, en consecuencia, estimar si las implicaciones serán transitorias o permanecerán vigentes durante un largo periodo de tiempo.
La buena noticia es que si el presidente Trump cumple con lo que él mismo ha anticipado, la incertidumbre desaparece y quedarán pendientes los análisis profundos sobre el impacto que esto tendrá tanto en el crecimiento como en la inflación.
Las opiniones anticipadas respecto a lo expuesto son muy variadas: existen analistas que ven un impacto temporal y otros que lo consideran más bien permanente.
Lo importante para los mercados ahora es saber ya dónde estamos parados, para entonces sí llevar a cabo análisis serios, dejando de lado la especulación.