En las últimas semanas ha crecido la incertidumbre de los inversionistas sobre el futuro de las tasas de interés en EU. El tema no es menor, ya que en la última parte de 2024 la inflación mostró que este fenómeno, en lugar de disminuir, se ha incrementado.
Después de que en septiembre la inflación en EU tocó un nivel mínimo, los meses siguientes han mostrado presiones al alza; en enero subió a 3%, lo cual aleja a la Fed de su meta de conseguir que ésta baje a 2%; además, la perspectiva empeora debido a las nuevas políticas económicas de Donald Trump.
Quizá la que más preocupa es la insistencia del presidente de imponer aranceles y tarifas recíprocas al comercio exterior. Los especialistas ya han dicho varias cosas: la primera es que las tasas, en lugar de ayudar al crecimiento económico, se convierten en un obstáculo.
La gente tiene poca memoria, pero la gran depresión de hace casi 100 años fue producto de políticas comerciales que impedían el comercio entre los países; aranceles y medidas proteccionistas a ultranza trajeron como consecuencia que no solo cayera el comercio mundial, sino que las principales economías sufrieran una fuerte recesión.
Es lamentable que Trump no vea el daño que le puede hacer al mundo con sus necedades, y también el que le puede hacer a su propio país.
EU no es una potencia exportadora, la fortaleza de ese país no es su comercio internacional, la fuerza y el poder de esa nación se finca en lo formidable que resulta su mercado interno, que representa más de 70% del PIB, mientras que el comercio internacional no llega ni a 30%.
Los déficits que enfrenta EU en su comercio internacional son un precio muy pequeño a pagar frente a los beneficios que ese mismo comercio le da al mercado interno abasteciendo de productos de alta calidad y bajo precio que mantienen el consumo siempre al alza.
Además, se trata de un tema que va a influir para elevar la inflación. Los aranceles, cuales quieran que sean los que va a implantar, quienes lo van a pagar son los consumidores estadunidenses, y eso resulta ser inflacionario. Trump debe reconocer que si ganó las elecciones en su país fue mucho porque la percepción pública —en forma injusta y equivocada—pensó que la administración de Biden había provocado el proceso inflacionario, cuando en realidad fue producto de los apoyos se dieron durante la pandemia.
Es posible que las cantidades de dinero que se le dieron a los ciudadanos para sobrevivir esa tragedia hayan sido demasiados; sin embargo, es muy fácil juzgar al toro pasado, y éstos permitieron que la población no sufriera tanto. Por esta razón Trump debe ser cuidadoso y no provocar una inflación que perjudicará mucho tanto a la economía como a los ciudadanos de su país, y además su política comercial impedirá que sigan bajando las tasas de interés.
Por lo anterior, todos deseamos que Trump rectifique su postura, siendo menos impulsivo y más inteligente.