Las redes sociales construyen la opinión pública en la sociedad, como antes sucedió con los medios de comunicación tradicionales: prensa, radio y televisión; sin embargo, los ciudadanos que reciben toneladas de datos e información se encuentran vulnerables a sufrir polarización política hacia los candidatos y partidos políticos.
La fragmentación de la opinión pública en torno a temas políticos y sociales, es una de las principales características que se asumen en las campañas políticas y que promueven posiciones opuestas al espectro ideológico. Derecha e izquierda antes eran las principales categorías de estudio en la política y opinión pública; empero ahora se han radicalizado las posturas a favor o en contra, con pocos argumentos y más emociones.
Y la polarización se convierte en estrategia porque mueve a los electores, mediante el miedo, felicidad, tristeza e ira; que pueden incitar en las campañas políticas a tomar partido. El sensacionalismo, noticias exageradas y con noticias falsas puede producir adeptos, simpatizantes y promover incluso marchas o protestas. Este recurso ha sido utilizado ampliamente por algunos candidatos y será una estrategia que se verá en las próximas elecciones de 2024 en nuestro país.
Otro recurso es la parcialidad de los medios masivos, redes sociales y espacios informativos que construyen una narrativa y un discurso a favor de un grupo político. La neutralidad e imparcialidad que debiera privilegiarse en todos los medios masivos y virtuales, se ha perdido. Mostrar solo datos aislados, puede sesgar la información que reciben los votantes.
De igual forma las cámaras de eco, se producen en las aplicaciones móviles y redes sociales; cuando la audiencia busca encontrar que sus opiniones están ahí reflejadas. Por ello, los ciudadanos son selectivos en el consumo audiovisual; porque están buscando encontrar las ideas que les gustan, convienen y convencen, produciendo un reforzamiento a sus propias creencias. Esto es fácil en las redes sociales, porque buscamos y compartimos el contenido que nos gusta y favorece.
Pero también existen riesgos del anonimato que existe en las redes sociales, porque muchos usuarios comparten y difunden información no verificada, solo para atacar a sus contrincantes; sin mecanismos de control o pruebas de identidad que eviten los mensajes de odio, las ofensas y la polarización ideológica.
Los logaritmos actualmente están trabajando para unir las opiniones que son coincidentes, por eso la polarización está creciendo. La encuesta de TReserch realizada en enero de 2024, muestra que existe un 32 por ciento de los electores en una postura ideológica extrema. No sólo se trata de posturas ideológicas, sino también de simpatías hacia el grupo gobernante; donde algunos están a favor y en contra desde su posición emocional y de apego.
Para disminuir la polarización que puede ser antidemocrática, por su mecanismo de asilamiento y ruptura social es necesario promover una cultura de información abierta, critica. La alfabetización mediática es una tarea que deben promover las universidades, propiciar la discusión y debate; pero también llamar a todos los medios de comunicación y emisores de mensajes en las redes a ser éticos y veraces. La regulación y el uso de la ley para contener esta polarización mediática y partidista debería ser el último recurso, por ello, seamos responsables al compartir, difundir y dar un like.