Los medios de comunicación fueron desplazados por las redes sociales. Los conflictos y la narrativa que se construye en las redes sociales como Facebook, X (Twitter), Instagram y TikTok tienen como objetivo influir en la opinión pública y construir afirmaciones sobre un tema: la opinión dominante sobre un asunto o cuestión de interés general.
Por ejemplo, la lucha política entre los partidos de derecha e izquierda está en las redes. Se impone un lenguaje y valoración propia sobre cualquier acontecimiento. Las noticias pueden transformarse en armas: ajustando el lenguaje, eligiendo qué destacar o relegando temas que no se muestran, se ocultan y, por tanto, se pierden en el mundo virtual. Dentro de estas estrategias del control del discurso y, por tanto, de las noticias que influyen en la audiencia de las redes sociales, se pueden destacar:
Usar encuestas a favor de un tema o candidato
El uso de encuestas, sondeos de opinión y rankings de los candidatos, que se pautan y promueven en las redes sociales, construye una percepción en los usuarios. Se forma un grupo de seguidores, atraídos por el éxito de un candidato o de una propuesta. Donald Trump es un ejemplo de cómo construyó simpatizantes desde las encuestas que lo mostraban como el candidato puntero en las elecciones de 2024. Kamala Harris tuvo más de 10 puntos de diferencia con Trump desde el inicio de la campaña, pero se publicó en las redes, que la diferencia solo era de un punto. Esto dio una amplia ventaja a Trump que alcanzó y derrotó a la Harris con un ejercicio de percepción en las redes sociales. X antes Twitter, tuvo un papel central en la construcción de las preferencias electorales.
Ridiculizar a los oponentes
Las redes sociales como TikTok e Instagram sirven para difundir noticias, pero también para ridiculizar a los oponentes políticos. Por sus características informales, estos medios de comunicación promueven una fuerte interacción, pero también una construcción poco verificable de lo que se dice. Ahí, en este proceso de construcción de la verdad, la comunicación política busca generar conflicto, desprestigiar a los oponentes y desmantelar su legitimidad. Cuando los políticos pierden la legitimidad, son vituperados en las redes, pierden la batalla política; porque los votantes les pierden el respeto.
Desinformar y el fenómeno de la posverdad
La información, en partes, o al revés demasiado confusa, promueve la desinformación. La posverdad radica en la subordinación y reorganización de los hechos desde ideologías específicas y voluntad política. Es decir, se pierde la objetividad en las redes sociales y se convierte la noticia en un tema de opinión de los emisores del mensaje. Construir una versión tergiversada de los hechos puede ganar adeptos, construir burbujas e incluso especulación como las burbujas inmobiliarias que inflan los precios y construyen un caos en el mercado. Esto va de la mano de las campañas de contraste y las “campañas negras”, como también se les conoce.
Construir emociones y causas
Las noticias mueven a los ciudadanos y construyen emociones sobre un tema. A favor o en contra de un asunto desde la narrativa que construyen. Un ejemplo es la política antiinmigrante de Trump que se basa en desprestigiar el trabajo de los latinos en Estados Unidos con base en arresto y una visión nacionalista. Al final, lo que se busca es ganar la aceptación de sus connacionales con medidas duras que ganen su aceptación, reconocimiento y simpatía.
Como podemos apreciar en este recuento de estrategias utilizadas en las redes sociales como mecanismo para imponer una agenda, es preciso promover una mayor cultura y alfabetización mediática para disminuir el efecto de las fake news y otra estrategia contra la verdad informativa en las redes sociales.