Las redes sociales han transformado la forma de comunicar de la sociedad, tanto de las instituciones y organizaciones como de los ciudadanos. Los jóvenes que son el sector más amplio, han dejado los medios tradicionales y ahora están comunicándose por medio de las redes sociales. Empero con el desarrollo de los logaritmos y las cámaras de eco se produce un nuevo fenómeno de comunicación, los jóvenes internautas tienden a encontrar ideas que amplifican y refuerzan sus propias creencias.
Las cámaras de eco, también llamadas están asociadas con polarización y extremismo político y social; porque Facebook o X (Twitter), construyen un ejército de seguidores basados en las preferencias de contenido y la conversación digital que se construye a partir de un tema. Como resultado de este fenómeno comunicativo, tenemos democracias cada vez más debilitadas y ciudadanos que experimentan profundas desconfianzas (en muchos casos basadas en información falsa) hacia las instituciones.
Un ejemplo de la polarización lo podemos encontrar en la Encuesta Nacional de Culturas Políticas y Democracia, 2023; ante la pregunta sobre si México es un país justo, el 30.68% afirmó que sí, mientras que el 34.61% afirmó que no. Esto muestra que el país está dividido para los jóvenes de 18 a 25 años que fueron encuestados, porque reflejan una percepción que se divide en dos polos opuestos.
Construir la percepción sobre un tema, con base en la información que se encuentra la red, tiene un enorme riesgo; porque las redes sociales, a diferencia de los medios tradicionales, no cuentan con mecanismos efectivos para verificar la veracidad de la información. La información fluye muy rápido e impide que se pueda corroborar, pero también existe otro riesgo, que la información mas vistosa, chusca o llamativa sea consumida por los jóvenes sin ningún filtro.
Este panorama llama a la atención, para impulsar desde las universidades una mayor exigencia al comportamiento ético de los medios de comunicación, a la creación de códigos éticos para el uso de redes sociales e incluso la propuesta de reglamentación de la información que se difunde por noticieros o espacios informativos; pero por supuesto suena imposible porque en muchas campañas políticas se utilizan estas redes sociales para influir en el electorado.
Sobre qué hacer, las propuestas van desde la alfabetización mediática a la censura y reglamentación de Internet. Empero la propuesta debería de ser como el autoconsumo de información, responsabilidad de los propios usuarios que requieren una alfabetización mediática y reconocer que en las redes sociales mucha información no es real. Propiciar el consumo informativo a partir de las aplicaciones móviles y redes sociales, está llevando a la polarización y falta de análisis sobre lo que se publica.
El llamado debe ser a consumir noticias que estén verificadas, en sitio de internet que cuenten con un respaldo ético; porque de lo contrario las visiones ideológicas y políticas permearán la escena pública con datos que no son reales, fake news e incluso construyendo emociones para la opinión pública desde estos espacios de información. Cuidar el consumo de datos confiables es una tarea que deben tener los jóvenes, principalmente; pero también toda la sociedad.