Política

Gobernar con el discurso significa programarideas en los ciudadanos

  • Comunicar la política y algo más
  • Gobernar con el discurso significa programarideas en los ciudadanos
  • José Luis Estrada

Hasta antes de la Segunda Guerra Mundial, la manifestación del poder hacia los ciudadanos, por parte de los gobernantes, se había dado por medio de la violencia. Pero se transformó a una forma de poder;  mediante el convencimiento, la seducción de las palabras y el discurso de los gobernantes. El objetivo ha sido programar ideas en los gobernados, mediante los medios de comunicación y ahora las redes sociales.

En este juego de intereses, todos buscan tener la razón. El discurso ideológico de los partidos políticos y de los gobernantes va hacia ganar adeptos, simpatizantes que se sumen al pensamiento dominante.  Así, cada uno de los ciudadanos tiene una identidad material y otra simbólica, esta última es cómo piensan y qué ideas tienen; porque serán capaces de dar su vida por defender esos ideales. Es la ideología impuesta a través de los discursos, no es a través de los  hechos, sino de las palabras que generan causas. El “poder del pueblo” es una idea, un constructo lingüístico.

Thomas Hobbes, uno de los más importantes filósofos políticos, escribió en su obra: El Leviatán sobre el egoísmo de las personas, que buscan siempre tener la razón e imponerla por la fuerza. Sus deseos y convicciones pueden hacer que surja una guerra, solo por sus ideas. Ahí está la polarización que genera en ocasiones la percepción que tenemos de las cosas; porque de acuerdo con Hobbes, todos buscamos la supervivencia, imponer nuestras ideas como un acto egoísta contra los demás.  Es la ley de la naturaleza.

El egoísmo es por tanto natural, queremos que todos piensen igual que nosotros. No existe un término medio o consenso para otorgar a los demás, la posibilidad de disentir. Hobbes, sostiene que cada individuo se piensa como el centro del universo, relacionamos y comprendemos todo a través de nuestros intereses, incluso ignorando el bien común o el “verdadero bien”. Hobbes, sostiene que cada individuo se piensa como el centro del universo, relacionamos y comprendemos todo a través de nuestros intereses, incluso ignorando el bien común o el “verdadero bien”.

Por lo cual, gobernar a través del discurso es construir una justificación para ganar adeptos. Generar causas que muevan a los ciudadanos a votar, participar, protestar y actuar a favor o en contra de las propias instituciones. Es la articulación de la comunicación política que puede actuar en dos sentidos: hacia el consenso o disenso de la población sobre un tema.  Por ello, el ejercicio de la comunicación entraña el poder y los hombres, diría Hobbes, actúan bajo el interés propio, muchas veces bajo el disfraz de la ayuda hacia los demás o el cumplimiento del deber.

La literatura dentro de las ciencias políticas es muy fructífera, porque construye los andamiajes teóricos sobre los cuales podemos entender lo que sucede en nuestro entorno. Ante las dificultades de la pandemia del Covid-19, la incertidumbre económica y la crisis de valores, los ciudadanos están buscando un discurso legitimador, ideas que puedan ser la motivación de las acciones, creencias que logren satisfacer sus intereses y por ende, respaldarlas.  En el caso de la consulta realizada el fin de semana pasado, podemos señalar con base en este breve análisis que las creencias de los ciudadanos no proporcionaron un motivo suficiente para ir a votar. Gobernar con el discurso, requiere también un andamiaje teórico, pero además comprender el contexto sociocultural de nuestro país.


José Luis Estrada

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