Los medios de comunicación, principalmente por la televisión y ahora con su extensión en las redes sociales; tienen una gran capacidad para inocular, difundir ideas y transformar el pensamiento de la población. Esto se debe a que la repetición constante de noticias e información en los programas mediáticos impulsa a fuerza de la repetición en la construcción ideológica. La opinión publicada en los periódicos digitales, videos e interacción mediática construye la percepción de la mayoría de los ciudadanos.
Durante los últimos años se ha transformado la esfera pública. Anteriormente los espacios de interacción social, la visión colectiva y el capital social, construían espacios para la deliberación y participación. Ahí se formaba justamente por medio de los líderes, la opinión pública. Actualmente, después de la pandemia de covid-19, la sociedad participa poco y se integra en comunicación directa, mucho menos.
El encierro y la visión individualista prevalece en las sociedades de consumo, industrializadas y capitalistas.
Byung-Chul Han, en su libro: En el Enjambre, destaca el papel que tienen las redes sociales como mecanismo de control; a través de la diversión en las pantallas, la información que limita la crítica y las Fake News que distorsionan la realidad. Todo ello impide un contrapoder que pueda cuestionar el orden establecido, todo está dado a partir de los medios masivos que imponen: moda, ideología e incluso preferencias políticas. Por lo cual es difícil que cualquier persona vaya en contra de la opinión dominante que se publica en los medios.
De tal forma que existe una hipercomunicación, a través de los teléfonos móviles estamos conectados y recibiendo la opinión dominante. Esto produce cámaras de eco que lejos de promover la critica y la discusión, construyen simpatizantes, amigos y personas que piensan igual; a través del control del algoritmo de las redes sociales. La tiranía de unos cuantos que toman decisiones puede verse en las publicaciones de Facebook, Twitter, Instagram con audio y video; no sólo palabras, sino ahora imágenes.
Han, sostiene que los espacios digitales que transporta internet están modificando dramáticamente las formas de participación social y pública, creando una nueva urdimbre social; donde todos piensan igual, por la información que reciben. No pueden escaparse a la influencia que reciben en la televisión y redes sociales. Estamos frente a un nuevo proceso de comunicación colectiva, porque la distancia entre las personas, la falta de integración, colaboración, discusión y amistad desintegra al público. Entonces, estamos ante una sociedad desintegrada, individualizada y poco crítica. Sólo recibe los mensajes y el control de sus pensamientos a través del discurso dominante, que construye justamente la percepción de las cosas y, por tanto, la opinión pública.
En la mercadotecnia política los candidatos son una construcción mediática, porque logran imponerse estas ideas en los medios masivos, en la narrativa transmedia que se reproduce en las redes sociales. Es, por tanto, importante promover la educación mediática, la cultura en los universitarios y la sociedad en general para que valore los datos y la información que reciben por parte de los medios masivos para evitar, caer en el discurso dominante que construye la opinión pública.