La visita de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo a Nuevo León fue excepcional; el estado no se encuentra en su ruta de viajera frecuente. Los cariños de la doctora son otros, de Tlalpan para todo el país: Ciudad de México, Estado de México, Oaxaca, Guerrero y el sureste mexicano, tal vez Baja California y Sonora. Ni Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, apenas rozando Tamaulipas. El norte se la juega solo. Versión federal de la inversión, nunca la gran obra, pero lo que sobra para el estado. Nuevo León es tan autodeterminado, tan autosuficiente que la Federación apoya poco. En economía, desde una visión centralista y no federalista, Nuevo León se mantiene solo. Y es verdad. La maquinaria ideológica y política le da otro sentido al estado: Ni Vidaurri ni Juárez. Compañeros de crecimiento con la Federación, independientes en nuestro crecimiento económico y social. En Nuevo León, nos equivoquemos o no en nuestras elecciones, somos dueños de nuestro destino.
Lo probable es que la 4T gane la gubernatura de Nuevo León en 2027, si y solo si hay candidata o candidato creíble, el voto de castigo contra los gobiernos de Samuel Alejandro García Sepúlveda y Adrián de la Garza Santos disminuyen notablemente, el 2027 no es el 2025, gobernar decrece, pero Samuel Alejandro no estará en la boleta, ¿o sí? Andrés Manuel López Obrador “estuvo” en la boleta de Claudia y ella sumó otros millones. El problema son las alianzas, quién va con quién. La soledad de Morena es ganancia, repito, si y solo si tiene buena candidata o candidato. Ningún otro partido gana solo.
Claudia Sheinbaum desprecia al prianista Adrián de la Garza Santos, aprecia a Mariana Rodríguez Cantú, Martha Herrera no está en su radar, la comicidad política de Waldo Fernández no le interesa —creencias, no certezas—, ve en Tatiana Clouthier falta de compromiso cotidiano; el afán todo terreno de Judith Díaz es loable, pero su perímetro la aleja; la carga sectaria de Clara Luz la oscurece y Andrés Mijes, obrero municipal, lo posiciona en la historia política de Sheinbaum. La aprobación de la Presidenta en Nuevo León es del 80 por ciento, la aprobación de los enemigos declarados del gobernador García Sepúlveda lo aprueban con un 72 por ciento. Los abucheos contra el gobernador no se pretenden estadística.
Difícil, no imposible. Apostar por Mariana Rodríguez Cantú, nepotismo aparte, es viable. Más viable que Luis Donaldo Colosio. Claudia aprecia a Mariana, Luis Donaldo, infumable. Martha Herrera trabaja para Nuevo León, su destino es Monterrey, mejor ella que Ivonne Álvarez. Calenturas inútiles, Mike es una farsa. Creer que tiene posibilidades de ser candidato, aunque lo fuera, de MC a la gubernatura es un desastre, Mike Flores es una farsa, ni gana en su rancho. José Natividad González Parás construyó en Rodrigo Medina una opción creíble. Ese modelo es irrepetible. Apreciar el negocio, no negociar el aprecio.
El factor Sheinbaum es definitivo; el factor Samuel Alejandro también. En el ejercicio del poder cada uno de los estados cederá. Morena, como partido hegemónico, arrasará. Las alianzas ayudan o destruyen.
Aliarse MC con el PRIAN es autodestrucción. En lo imposible Mariana candidata de Samuel y Claudia. ¿En lo posible?
Mejor aliados que alejados. En un año de gobierno no solo asumió el gobierno, asumió el poder; en tres años Samuel García controla el estado. Oponerse a la realidad no revela, es irrelevante. Seamos claros, Samuel Alejandro no impondrá a su sucesora, a su sucesor. Hábil negociador con Sheinbaum perderá poco, pero ganará.
