Un sector de la población mexicana tenía cubiertos los espacios de medios de comunicación social con incertidumbres artificiales en torno a las elecciones federales.
Es bueno el interés por la cosa pública, lo que no es lícito es usar la calumnia, la mentira, la difamación, etc., como instrumentos de la opción política que cada persona tiene.
Cruzamos el 2 de junio como día y noche de sorpresas.
Algunos no creían en lo que se mostraba como resultado; otros, los muchos, actuaban con la seguridad de lo ya esperado.
Los días siguientes han sido para administrar las sorpresas.
Ayuda mucho una reflexión sencilla del llamado Instituto Panamericano de la Alta Dirección de Empresas (IPADE) que ha divulgado una posición política en forma muy serena, sobre el 2 de junio.
Entre muchas cosas, dice: “Hemos presenciado un escenario extremo con un ganador contundente.
Los programas sociales han tenido un impacto significativo en los resultados. Se esperaba que la clase medie y alta votara en oposición, pero esto no ocurrió. No debemos hablar de fraude, ya que no lo hubo.
Más bien, hubo algunas inconsistencias y errores menores que no alteran el resultado final. Una gran parte de la clase media ha optado y está de acuerdo con la 4t.
La oposición necesita realizar una autocrítica objetiva y realista.
La narrativa del presidente durante todo el sexenio ha permeado en toda la sociedad, logrando el apoyo no solo de las clases populares, sino también de la clase media.
No es lo mismo incertidumbre que inestabilidad; hoy enfrentamos incertidumbre.
La estabilidad económica dependerá de las reformas que se implementen. Los inversionistas temen reformas constitucionales que puedan afectarles.
A corto plazo, no se prevé un mayor impacto económico, pero existe un riesgo real de que las decisiones políticas comiencen a influir en la economía…
En estos momentos de incertidumbre, es vital que mantengamos la calma y enfoquemos nuestras energías en lo que está bajo nuestro control.
Debemos esperar y ver cómo se presenta el presupuesto, ya que esto nos dará una idea más clara del rumbo que se quiere tomar. México es un país fuerte y resiliente. Juntos podemos enfrentar los desafíos que se nos presenten y construir un futuro próspero para todos.
Sigamos adelante con esperanza y determinación, porque el futuro de nuestro país depende de nuestras acciones con empresarios y de nuestra unidad”.
Lo admirable es que estas reflexiones se originan de un grupo empresarial muy acreditado en la llamada alta empresa.
