Les digo que los del PRIAN, el sector opositors y la derechairiza en éxtasis en general se tendrían que hacer una limpia con huevo negro, chocongo, choques eléctricos y una sesión reiterada de exorcismos pues todo lesporque del nabo.
Deben estar shockeados los ultraconservas en almíbar porque el que iba a ser el héroe de su película, papá, el mero líder del anticomunismo más primitivo, terror de los zurdos de mierda, se acaba de reconciliar con Vladimir Putin. Esto suena tóxico y no hay mucho fan de su relación: Donny y Vlady se reparten el mundo mientras echan a los perros a Zelensky que se queda sin su sueño dorado de entrar a la OTAN y le aplican aranceles al Wolverine Milei, por crédulos y zalameros.
Entre más conozco a Milei, más respeto al Wolverine de Pemex.
Pero también otros fueron traicionados. En el México voxista, yunquista y de Claudio XXX sonó un ruidoso ¡Plop!, a lo Condorito, cuando descubrieron que Trump, en vez de lanzarle misiles a la sovietocracia, se aliaba con su viejo camarada Putin.
Pobrecita de la whitexicaniza que esperaba que Trump se convirtiera en su ángel salvador para acabar con el comunismo de la 4T, con la soñada invasión yanqui que tanto esperaban Kinky Téllez, los paleros de Alazraki, los ferrices, Krauze y la dotora Dresser, Brozo y Loret, que se quedaron vestidos de marines y todos alborotados.
Esa linda gente con su membresía de la Loca Academia de Miramones, debe estar muy frustrada porque a pesar de las pruebas claras de que Trump era el pequeño dictador de ultraderecha que estaban esperando (ahí está la larga lista de arrebatos en materia financiera, la resucitación de los popotes de plástico, su lucha contra los condones que supuestamente serían para los de Hamás cuando en realidad eran para Mozambique, pero sobre todo la persecución de migrantes que no han conmovido a nadie en el PRI o el PAN y menos en el Movimiento Cucaracho), en la realidad los ha dejado colgados de la brocha, con un palmo de narices.
Será por eso que en uno más de sus aceleres, Alazraki y sus Sacos de pus insisten en que México es una dictadura. Claro, por eso pueden atacar al imperio sin que el imperio los contraataque. Incluso Gurría, el viejo Ángel de la dependencia, no se explicaba por qué la gente no salía a las calles a protestar. Curioso que el primero en desacreditar las movilizaciones que sus políticas neoliberales generaban, ahora sea un gran luchador social.
Trump, no rompas más su pobre corazón.
