Gil ya no puede con tantas mortificaciones: que el gusano barrenador y el ganado atorado en la frontera, que los aranceles al aluminio y al acero, que ya van a empezar las fábulas de Ovidio, que si el abogado Jeffrey Lichtman será demandado (en México), que si la economía pasa por una atonía (gran palabra epifánica) del pasado, que si en Culiacán van más de mil 500 muertos, que si la Presidenta visita al gobernador Rocha en Sinaloa para felicitarlo porque inauguró un hospital, que las deportaciones de mexicanos han aumentado, que si la censura se ha desatado con paso firme contra periodistas y hasta tuiteras, que si las medicinas no llegan de ningún lado, que si ya viene la reforma electoral. Hay de todo, como en botica bien surtida, no las del IMSS Bienestar.
Gil no quiere imaginar cómo está el humor allá en el austero Palacio Nacional. Pues antes que nada cómanse unos chocolates del Bienestar y ya luego deciden. La verdad, hay una posibilidad de que solo se mortifique Gamés porque, según la Presidenta, tenemos la mejor democracia del mundo. Una realidad alterna es muy útil para desvanecer los problemas. En fon.
Y por si fuera poco nos despertamos con la noticia de que el gobierno de Estados Unidos ha confirmado este lunes que retira un acuerdo comercial de 2019 que liberaba a los envíos del fruto del pago de tarifas. Así, los cargamentos de tomate de México a Estados Unidos pagarán un 17% de arancel.
Pérdidas
A ojo de buen culero, o como se diga, peligran 2 mil 800 millones de dólares en exportaciones de tomate de México a Estados Unidos. “México sigue siendo uno de nuestros mejores aliados, pero durante demasiado tiempo nuestros agricultores se han visto afectados por prácticas comerciales desleales que rebajan los precios de productos como los tomates. Esto termina hoy”, declaró el secretario de Comercio, Howard Lutnick, a través de un comunicado. Así, los cargamentos de tomate de México a Estados Unidos pagarán un 17% de arancel. Un orate mayor seguido de pequeños orates peores que el más grande de los dementes.
El impuesto contra el campo mexicano deriva de una añeja denuncia por supuestas prácticas dumping que presentaron los agricultores estadunidenses contra sus homólogos mexicanos en 1996. Hasta ahora, México había logrado esquivar el pago de esta tarifa gracias a una serie de acuerdos en los precios máximos del fruto. El Gobierno de Claudia Sheinbaum ya ha defendido a sus exportadores mexicanos y ha rechazado cualquier práctica de comercio desleal.
El hombre arancel
Cuentan que algún colaborador de Trump entró a la sala oval y lo encontró dando vueltas y repitiendo: “soy un arancel, soy un arancel”. Ana Swanson explica en el portal del diario que los aranceles intermitentes del presidente Donald Trump han incitado a los inversores a apostar porque “siempre se va a echar para atrás” y han dado a las empresas y a los dirigentes extranjeros la esperanza de que el líder de la mayor economía del mundo acabe desistiendo de sus amenazas si resultan demasiado perturbadoras desde el punto de vista económico.
Pues que siempre no, según el portal The New York Times el orate de la Casa Blanca está dispuesto a cumplir sus amenazas. Los acontecimientos de la semana pasada han puesto seriamente en duda esa apuesta. Mientras Trump renueva sus amenazas contra más de dos decenas de socios comerciales, demuestra una vez más su afición a los aranceles y adopta impuestos a la importación como ningún otro presidente lo ha hecho desde la Gran Depresión.
Trump, que se autodenomina “el hombre de los aranceles”, ha ensalzado continuamente las virtudes de gravar fuertemente las importaciones como forma de recaudar ingresos y persuadir a las fábricas para que se trasladen a Estados Unidos. Aunque es posible que el presidente acabe cediendo en algunas de sus amenazas más recientes, aún así ha elevado los aranceles de forma constante y drástica hasta niveles nunca vistos en un siglo.
En la última semana, Trump ha amenazado a 25 socios comerciales con imponerles gravámenes punitivos el 1 de agosto, a menos que firmen acuerdos comerciales que el mandatario considere aceptables. En las redes sociales el lunes por la mañana, el presidente escribió que Estados Unidos “ha sido estafado en el COMERCIO (¡y LO MILITAR!), por amigos y enemigos por igual, durante DÉCADAS”. A esto, los psiquiatras le llaman sociópata.
Todo es muy raro, caracho, como diría Leonardo Da Vinci: “La amenaza es el arma del amenazado”.
Gil s’en va