Hace 22 años, desde el 1 de enero de 2000 cuando apareció Notivox Diario, comenzó a publicarse esta columna con el nombre de “Elitismo para todos”. A lo largo de ese tiempo el periódico albergó todos los viernes sus colaboraciones, cuyo nombre y extensión hace más de un par de años debieron cambiar. La restricción del espacio, medida que entonces resultaba indispensable dada la pandemia y sus inéditas consecuencias públicas y económicas, al mantenerse luego de la emergencia acabó convertida en un juicio de valor editorial: nada ocurre sin una causa, como enseña la Vulgata de Job.
Ha llegado el momento de despedirse de este generoso espacio que siempre gozó de entera libertad en cuanto a sus contenidos y formas. Complejo a veces para algunos lectores, otras complicado, hasta oscuro o en ocasiones esotérico, luego de más de mil cien artículos sus temáticas abarcaron varios registros superpuestos y múltiples. Creyendo siempre que toda escritura sucede cuando la forma y el fondo se corresponden, quizá uno de sus méritos haya estado en dicha fusión de horizontes, mecanismo para intentar comprender el inabarcable enigma de lo real.
También en su perspectiva política, contraria al dominante en la mayoría de los medios informativos y sus principales columnistas, feroces adversarios de la actual presidencia y sus acciones, estas colaboraciones nunca compartieron esa acrítica reprobación.
Gracias a Raymundo Riva Palacio, quien invitó al autor a sumarse al proyecto; a Ciro Gómez Leyva, hospitalario impulsor de sus contenidos; a Carlos Marín, tolerante con opiniones contrarias a las suyas. A José Luis Martínez, entrañable hermano. A Xavier Quirarte, entre más que por no ser nombrados no dejan de estar.
Sobre todo, muchas gracias a los lectores y lectoras que me dispensaron el impagable viático de su atención. La verdadera deuda es con ellos.
Fernando Solana Olivares