Minutos de silencio en la cámara de diputados y en la rueda de prensa de AMLO.
Los periodistas protestan bajo el signo de no hacer preguntas a causa de los asesinatos que sufre su gremio.
Los factores que explican este tipo de violencia son complejos.
Sin embargo, hay dos cosas muy simples: nos afecta a toda la sociedad y el responsable de salvaguardar a los periodistas es el Estado.
Una de las funciones básicas de un periodista en una democracia es cuestionar el ejercicio del poder y sus estructuras. Esto beneficia a la sociedad porque es una herramienta de equilibrio.
Muchos movimientos sociales no hubieran logrado sus éxitos sin periodistas que ayudaron a analizar graves problemáticas.
Los familiares de víctimas de desaparición forzada han encontrado en el periodismo un aliado fundamental.
En suma, el papel que juega el periodismo en el ejercicio de la rendición de cuentas es vital. Una sociedad democrática que busca construir una cultura de paz necesita un periodismo crítico y robusto.
¿Quién cuestiona al que cuestiona? No todo en el periodismo es servicio social. También es un negocio.
¿Cuánta autonomía hay entre el financiamiento y la línea editorial? ¿Cómo se garantiza esa autonomía o cómo se oculta? Se debe cuestionar al periodismo, pero no ejerciendo o provocando violencia.
Es muy saludable que se sepa con toda transparencia que Claudio X. González, por ejemplo, financia a un grupo de periodistas para difundir una particular línea editorial.
En este contexto, los asesinatos de periodistas no cesan. Ellas y ellos siguen haciendo su trabajo.
El Estado mexicano funciona de forma desigual en su responsabilidad de proteger a las personas que ejercen el periodismo. ¿Y la sociedad civil?
El momento presente exige que la sociedad acompañe al periodismo, sobre todo a quienes por su práctica profesional ponen en riesgo su vida.
Necesitamos que no dejen de preguntar y debemos aprender a preguntarles sin ejercer violencia.
@davidperes_
