Deportes

Arbitraje a discrecionalidad

El arbitraje es la materia prima de la polémica en el futbol, no solo en México y no solo ahora. De suyo, la impartición de justicia en el balompié siempre ha estado supeditada a mitos, quejas, presiones, disputas, venalidad, controversia, injusticias y errores.

La llegada del VAR le ha dado mayor certeza a la labor de los colegiados porque las injusticias y errores flagrantes cada día son menos, empero, paradójicamente la polémica va en aumento.

La herramienta tecnológica es fascinante, un colchón o salvavidas imprescindible en el arbitraje actual. El problema es su implementación. Su uso indiscriminado para juzgar “faltitas”, las minucias e insignificancias que rayan en lo ridículo, es lo que da al traste con su genuina concepción: evitar errores claros y obvios.

La función primordial del VAR tiene que ver con el dictamen de las jugadas torales: penales, expulsiones y goles. Incluso en ese tipo de marcaciones, siempre existirá un poco de polémica al estar constreñidas al criterio del árbitro.

El futbol es un deporte que imparte justicia a discrecionalidad. Comenzando por el tiempo de juego, que solo el árbitro central puede precisar, todo lo demás tiene una alta dosis de subjetividad.

Si a ese abanico de polémica per se, le agregamos la constante intromisión de voces ajenas al arbitraje del partido (el VAR y AVAR), aquello se vuelve un abigarrado coctel con cualquier cantidad de interpretaciones de una misma jugada y una misma regla.

Desde el VAR pareciera que muchas veces meten en más apremios de los que logran rescatar al árbitro central. Los silbantes y abanderados optan por irse a la cómoda y esperar a que les resuelvan todo desde la cabina.

Es un arbitraje a control remoto con incidencia exterior. Nunca será lo mismo ver un encuentro en directo, sobre el terreno de juego, que a través del lente frío de una cámara y vía los matices de una reiteración a otra velocidad, que le puede cambiar por completo el contexto a una jugada.

Si le buscan, le encuentran. Revisar con detallada meticulosidad cada gol, priva al jugador y al espectador del momento climático de un partido. Cuántos encuentros se van sin anotación, como para que encima del cuasimilagro, una acción anodina e inconexa con el desenlace de la jugada eche para atrás la celebración.

El doble rasero con el que se miden jugadas parecidas durante un mismo partido, muchas ocasiones parece ir encaminado al peso de las playeras. Errores los habrá siempre, pero las equivocaciones suelen inclinarse a favor de los escudos que más pesan.

Dependiendo el sapo es la pedrada. Un yerro ante un sapo gordo y grande, no tiene las mismas implicaciones que ante uno chico y famélico.

A raíz de la equivocación en contra del Guadalajara en el gol anulado a Pulido frente al Toluca y el mea culpa de la Comisión de Árbitros, se abre la caja de Pandora en la Liga MX.

De aquí en adelante, cuando se equivoquen en contra de un equipo chico, ¿también vendrá una disculpa?


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David Badillo
  • David Badillo
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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