Los aplaudidores oficiosos y los remunerados no tardaron en llenar las redes sociales con loas y agradecimientos a Claudia Sheinbaum por haber “logrado” una nueva prórroga de 90 días a los aranceles de hasta 30 por ciento que había anunciado Donald Trump que aplicaría a partir de ayer a los productos mexicanos.
Una llamada telefónica en la mañana del jueves, se dijo, habría sido suficiente para alcanzar esta “hazaña histórica”, “logro muy grande” según lo están calificando algunos propagandistas del régimen.
Desde la más alta tribuna del país -la mañanera, claro-, Sheinbaum anunció con bombo y platillo la nueva gracia concedida por el presidente de Estados Unidos.
Todos salieron con el mismo discurso con la idea de fijarlo en la opinión pública: que México logró la mejor posición con Estados Unidos en comparación con otros países y bloques económicos.
¿Por qué a otros les impone gravámenes y a México se los va dosificando?
Primero, porque México está dando mucho más que acciones preferentes a los productos estadounidenses, está atendiendo casi todo lo que le pide la administración de Trump en materia migratoria al destinar elementos de las fuerzas federales para contener el paso de indocumentados hacia la Unión Americana.
Segundo. Porque México, aunque no en la medida pedida, está combatiendo por primera vez en más de seis años la fabricación clandestina y el trasiego de fentanilo.
Tercero. Porque en materia comercial México está gravando y complicando cada vez más las operaciones comerciales de China y sus socios comerciales.
Cuarto. Trump es “the negotiator”, no retira ninguna baraja si no obtiene algo a cambio. En esta nueva prórroga no se ha informado qué ofreció o aceptó dar México para calmar la presión trumpista.
Cinco. A ningún otro gobierno lo ha acusado Trump de estar controlado por narcotraficantes ni de ningún otro tiene detenidos a los principales líderes de uno de los cárteles más poderosos que han pactado con políticos mexicanos.
En suma, a los países que no puede controlar les imponen aranceles extras a manera de castigo, mientras que a los gobiernos vulnerables y sometidos gracia y más gracia.