Esta semana ocurrieron dos hechos que acapararon la atención nacional.
Por un lado, el lunes pasado el cofundador más importante del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada cambió de parecer y pasó de negar todo, como hacía al principio de su detención, a aceptar su culpabilidad en delitos relacionados con el tráfico de drogas y lo hizo ante una corte de Nueva York.
No solo aceptó que durante más de tres décadas traficó droga hacia Estados Unidos, sino también confirmó lo que era por todos sabido: que por décadas en México sobornó a políticos, a policías y a militares para operar de manera impune.
La mismísima Claudia Sheinbaum se puso inmediatamente la “armadura” y dijo que todo lo que declare “El Mayo” deberá tener pruebas y pasar por -el filtro, digo yo- de la Fiscalía General de la República. A diferencia del caso de Genaro García Luna al que la 4T condenó en cuanto fue detenido, con el capo de capos la 4T le pone reservas a todo lo que diga y que incrimine a políticos afines.
El aumento de la presión de Donald Trump hacia el gobierno mexicano demuestra que los estadounidenses tienen mucha información para seguir apretando la tuerca contra narco políticos.
Dos muestras son que el asesor para seguridad interna de la Casa Blanca declaró que la Ciudad de México está gobernada por cárteles criminales y se confirmó que el secretario de Estado de Trump, Marco Rubio visitará México en breve para tratar este y otros temas con Sheinbaum Pardo.
Queda claro que la presión estadounidense al gobierno de Sheinbaum no cesará si solo le entrega capos ya detenidos en cárceles mexicanas, sino que queda claro que quiere cabezas de más alto nivel político que actualmente están libres.
La 4T debe verse en el espejo de Venezuela donde su gobierno y su líder han sido acusados de narco terroristas por Estados Unidos y la presión ya no solo es diplomática y policíal, sino militar. Esto es muy importante para México.
El segundo asunto es el enfrentamiento entre Alejandro Alito Moreno y Gerardo Fernández Noroña en el Senado, un pleito de barrio que emociona a muchos, pero que no beneficia ni impacta en la vida de los mexicanos. No olvidemos lo importante por lo emocionante.