Política

La niñez en la pandemia: ¿una generación perdida?

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Aunque el covid-19 no afecta preponderantemente a los menores de edad, en tanto tienen un riesgo más bajo de contraer enfermedad grave, los efectos colaterales de la emergencia, particularmente los de carácter psicológico, económico y social, han afectado profundamente a las niñas, niños y adolescentes, al grado de que, según ha señalado Unicef, podrían convertirse en las principales víctimas de la pandemia.

A nivel mundial se observa que las medidas de confinamiento, la suspensión de clases, y las demás medidas sanitarias, que se han prolongado ya por varios meses, han impactado la vida de los hogares en muchos aspectos, colocando a niñas, niños y adolescentes en una situación de especial vulnerabilidad.

La reorganización al interior de las familias ha implicado muchas veces que los servicios de cuidado no se puedan sustituir adecuadamente. La pérdida de ingresos en las familias limita el acceso de los menores a servicios esenciales, los priva de una adecuada alimentación y nutrición, pone en riesgo la continuidad de su educación e, incluso, ha producido un aumento del trabajo infantil en el mundo, tras 20 años de continua disminución.

La presión en los servicios de salud ha impedido la detección oportuna de enfermedades y su pronta atención, a la vez que los índices de vacunación se han reducido. De igual manera, la atención prenatal ha enfrentado serios retos, por lo que se prevé que la mortalidad materno-infantil aumente sensiblemente a nivel mundial.

A ello se suma una grave crisis educativa: muchas niñas, niños y adolescentes han debido abandonar sus estudios. Aunque se han implementado planes de educación remota o a distancia, éstos se ven frustrados por la profunda brecha digital a la que se enfrentan grandes sectores de la población. Muchos hogares no cuentan con entornos adecuados para el aprendizaje; ni mucho menos con internet o con los dispositivos electrónicos necesarios para proseguir con la escolaridad de los hijos, por lo que los efectos cognitivos, particularmente tratándose de la primera infancia, pueden ser devastadores. En contrapartida, el incremento en el uso no supervisado del internet ha magnificado los casos de explotación sexual y cyber-bullying.

Por otro lado, está ampliamente documentado que las medidas de confinamiento exponen a mujeres, niñas, niños y adolescentes a situaciones de negligencia, violencia, maltrato, abuso, explotación, o a ser testigos de todo ello. El simple hecho de estar expuestos a la ansiedad y el estrés de sus cuidadores, así como los cambios en la rutina y los hábitos familiares podría tener efectos significativos en la salud mental de los menores, incluso a largo plazo.

Peor aún, todos estos efectos nocivos se ven exacerbados por las desigualdades sociales y por la disparidad de los entornos familiares, lo que no hace sino acentuar la discriminación, así como profundizar la persistente brecha de oportunidades. Para los menores que ya se encuentran en situación de vulnerabilidad, por ser indígenas, por vivir en pobreza, por tener alguna discapacidad, etc., el pleno ejercicio de sus derechos será aún más difícil si no se toman las medidas adecuadas para prevenirlo.

La pandemia ha afectado a niñas, niños y adolescentes en su día a día y ha transformado el mundo en el que viven. Desde cuestiones como la convivencia con sus amigos, el ocio y el esparcimiento, hasta el acceso a sus derechos más elementales, se han visto impactados y tendrán, sin lugar a dudas, efectos en su desarrollo y en sus oportunidades futuras.

Por lo que hace a nuestro país, la Constitución impone a todas las autoridades el deber de poner el bienestar de la infancia como prioridad en la toma de decisiones y en el diseño de políticas públicas. El interés superior de niñas, niños y adolescentes debe guiar toda la actuación estatal y debe involucrarnos a todos. Las redes de apoyo, la acción comunitaria y la intervención de las instituciones públicas es esencial, lo que incluye que quienes imparten justicia resuelvan los casos con perspectiva de infancia. No podemos permitir que esta sea una generación perdida.

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Arturo Zaldívar
  • Arturo Zaldívar
  • Coordinador General de Política y Gobierno de la Presidencia de México. Ministro en retiro y expresidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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