El Cantar de Mío Cid que refiere a un cantar de gesta anónimo que relata hazañas heroicas inspiradas libremente en los últimos años de la vida del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar el Campeador (1043-1099), conocido también como "el Cid Campeador". La obra trata el tema del honor y la necesidad de recuperarlo una vez perdido. Es una pieza fundamental de la literatura medieval española. El Cantar de Mío Cid es un poema bien trabado en torno a dos núcleos temáticos: la reconciliación entre el Cid y el rey y la reparación de la deshonra de sus hijas a manos de los infantes de Carrión. Estos dos conflictos no sirven para justificar el relato de las diversas hazañas del protagonista.
El poema narra los esfuerzos de su protagonista para recuperar en primer lugar su honra pública, que ha perdido al ser desterrado a causa de las calumnias sobre la malversación de los tributos sevillanos, y luego su honra privada, dañada por el ultraje cometido por sus yernos al maltratar y abandonar a sus hijas.
La obra plantea obstáculos al Cid que él supera y, a través de esta superación, va consolidando su amor y prestigio. Empieza el cantar con un Cid al que nadie ayuda, un héroe pobre, solo, desterrado, con pocos fieles, separado de la familia, pero con cualidades humanas que lo hacen excepcional, pero no rebasa el límite de lo humano; es decir, no es un superhéroe, sino una persona excepcional. Se habla de un Cid amante de la familia, de un Cid fiel, generoso y honrado. No nos lo presenta únicamente como un guerrero, sino como un hombre dotado de sentimientos, capaz de manifestar piedad, compasión, amor y fidelidad. El Cid planea con astucia la batalla, disfruta de descanso, le gusta comer y se preocupa por su familia.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de valores? Los valores definen cómo es la sociedad, creada por quienes viven en ella, especialmente en áreas como la política. En el siglo IV a. c. Aristóteles escribió: “El cargo público dará a conocer al hombre” actualmente, esta máxima no ha experimentado cambios. Las sociedades contemporáneas viven sumergidas, de manera generalizada, en una crisis de valores, situación que genera una gran confusión y desorientación en los individuos que las integran, es decir, en gobernantes y en gobernados. Esta situación afecta a los gobiernos al incubarse en individuos que realizan prácticas ilegales, lo que ha generado que la corrupción haya alcanzado el grado de pandemia.
Actualmente hay un desvío de los objetivos originales de la política, los intereses de muchos políticos ya no son los intereses de los ciudadanos, lo que se busca de éstos es el voto para llegar al poder, legitimarse y mantenerse en él. El fin ha sido sustituido por el medio.
La educación es fundamental, desde la infancia, para salir de este atolladero, una educación integral centrada en la persona y que sirva para forjar los valores que nos dirigen y para fomentar el sentido crítico de la realidad y la capacidad para decidir.
El Cid Campeador es un referente que nos inspira en un tiempo en el que escasean los líderes y los valores. El futuro no está claro, eso es evidente. Estamos ante el final de una época que no sabemos cómo va a terminar. Se necesitan de líderes íntegros que vean más allá y construyan un camino hacia el futuro.