Si bien aún falta mucho para la elección de la gubernatura en 2028, uno de los temas que ha sido objeto de discusión pública en Hidalgo es el género de la candidatura ganadora y la duración del mandato.
Para abordar este tema, es importante referirse primero a dos reformas clave. La primera, publicada el 7 de septiembre de 2021, modificó el artículo 62 de la Constitución Política del Estado de Hidalgo para establecer que los partidos políticos deben alternar el género de la candidatura en cada periodo electivo. Es relevante subrayar que esta disposición no se refiere al género de la candidatura ganadora. En los artículos transitorios de dicha reforma se estableció que el principio de paridad se aplicaría a partir de la elección siguiente. Por ello, en el proceso electoral 2021-2022 para la gubernatura, los partidos observaron sus propias reglas democráticas mediante convocatorias abiertas a ambos géneros, con la premisa de que en el siguiente periodo deberían alternar el género.
Posteriormente, el gobernador Julio Menchaca presentó una propuesta con el objetivo de lograr un verdadero empate electoral en Hidalgo. Esta iniciativa respondía a una demanda impulsada desde la sociedad civil por casi dos décadas, considerando que las reformas previas generaron un esquema en el que prácticamente se celebra una elección cada año. Bajo este modelo, en un periodo de 50 años solo habría cuatro años sin elecciones o sin el inicio de algún proceso.
En ese contexto, la reforma publicada el 7 de marzo de 2023 redujo el periodo de los ayuntamientos a tres años y estableció, de manera transitoria, que la gubernatura electa en 2028 tendría una duración de solo dos años. Esto permitiría que, en 2030, por primera vez en la historia de la entidad, se celebrara una jornada electoral conjunta para elegir seis cargos: tres federales (Presidencia, Senadurías y Diputaciones Federales) y tres locales (Ayuntamientos, Diputaciones Locales y Gubernatura).
Sin embargo, ante la incertidumbre sobre el género de la candidatura ganadora —pues no se debe anticipar qué partido triunfará en la elección—, surge una pregunta relevante: en el caso hipotético de que la candidatura ganadora fuera una mujer, ¿el periodo de su mandato debería ser de dos, cinco o seis años?
Existen diversas posturas al respecto. Una considera que debe mantenerse el periodo original de dos años. Otra propone que el mandato se extienda a cinco años, de modo que la siguiente elección para la gubernatura coincida con las elecciones concurrentes de 2033. También se plantea un escenario en el que el periodo sea de seis años, lo que llevaría la siguiente elección a 2034, permitiendo entonces establecer un periodo corto de dos años para el siguiente mandato y alcanzar así un pleno empate en 2036.
En cualquier caso, es fundamental considerar la relevancia del empate electoral, ya que contribuye significativamente a fomentar la participación ciudadana, la cual es insustituible en todo proceso democrático.