Seguramente has visto en redes sociales imágenes de personas que, en busca de la “selfie” o el video perfecto, se trepan a bardas, rocas, orillas de riscos, ramas, cuerdas y, confiando en los apoyos que “los sostienen” estos fallan y caen inesperadamente. Algunos de los videos resultan “graciosos” pero otros acaban en tragedias irreparables y lamentos.
Pero la verdad sea dicha, todos los seres humanos buscamos apoyarnos en algo durante nuestro peregrinar en esta vida. Puede ser la salud, el trabajo, las riquezas, el prestigio o influencia, el conocimiento, la religión, o las relaciones. Cuántos ejemplos hemos visto de deportistas de élite que se desploman en medio de un partido. Qué de quienes pierden su fortuna a raíz de un descalabro económico y se deprimen al grado del suicidio. Qué de las personas que al quedarse sin su empleo pierden no solo sus ingresos, sino su identidad y confianza. Qué de los que al perder su influencia, fama o prestigio se sienten carentes de valor y sin propósito en la vida. Qué de los que con todo y su conocimiento viven vidas caóticas. Qué de los religiosos que viven aferrados a ritos y ceremonias sin encontrar verdadera paz. Qué de los que van de pareja en pareja, suponiendo que en algún momento encontraran a la “persona perfecta”.
Lo que todos necesitamos saber es que solo hay un apoyo seguro en este mundo. Ese apoyo es Dios nuestro Creador. Cuando Él nos diseñó, lo hizo para mantener una relación personal, llena de amor y significado con cada uno de nosotros. En nuestro interior depositó una consciencia que nos llama a apoyarnos en Él para sentirnos totalmente seguros.
Ese apoyo divino está a nuestro alcance todo el tiempo; no sólo cuando nos sentimos desesperados, con nuestras ilusiones derrumbadas y nuestros planes frustrados. La forma de asirnos a ese apoyo inamovible es creyendo en Jesucristo y lo que él hizo por cada uno de nosotros en la cruz del Calvario. Solo en él hay perdón, salvación y vida eterna. Solo en él encontraremos nuestra identidad. Solo en él nuestra alma estará sosegada. Solo en él encontraremos la ayuda que necesitamos en cada desafío que enfrentemos en esta vida. Solo en él hay refugio y consuelo. Ven a él tal y como estás. Conoce tu nombre. Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo.