Las ciudades del futuro ya no son las que tengan rascacielos de cristal y transporte autónomo, serán las que puedan “pensar, aprender y adaptarse”.

En la visión de Hassnaa Moustafa, ingeniera principal en Intel Corporation, las urbes pueden ser más eficientes cuando se aplican innovaciones tecnológicas, pero también hay retos importantes que implican más allá de la existencia de estos desarrollos o de la creación de políticas públicas, se requieren verdaderos cambios de fondo y coordinación.
En entrevista con MILENIO expuso que con la inteligencia artificial (IA) y el cómputo perimetral pueden, por ejemplo, agilizar el tráfico en las calles, al analizar los datos de las cámaras y de los semáforos conectados en un sistema vial, para que éstos ajusten sus tiempos, en función del número real de autos que transitan.
Sin embargo, no basta con instalar las tecnologías que representan un enorme potencial para la transformación urbana, hay grandes obstáculos que limitan su desarrollo.
“En primer lugar, la necesidad de coordinar a múltiples actores del ecosistema: empresas de semiconductores, proveedores de software, fabricantes de hardware, municipios, agencias gubernamentales y operadores de red, lo que complica la realización de proyectos, pero una vez lograda, esta colaboración impulsa la economía”, explicó.
Esto lo dice porque, a pesar de los fuertes esfuerzos e inversiones que realizan empresas como Intel para la producción de chips y poder cubrir la alta demanda por los avances en IA y sistemas en la nube, información del organismo Estadísticas del comercio mundial de semiconductores (WSTS, por su sigla en inglés) indica que la demanda está creciendo de manera muy sólida y acelerada y que sumará 760 mil 700 millones de dólares para 2026, lo que puede generar ciertos desbalances temporales en ciertas industrias, subiendo precios y retrasando entregas.
“Si bien el mercado en general se encuentra en expansión, se prevé que algunos segmentos de productos experimenten una contracción continua. Se proyecta que los semiconductores discretos, la optoelectrónica y los microcircuitos integrados disminuyan en un dígito bajo. Estas disminuciones se atribuyen principalmente a las continuas tensiones comerciales y a la evolución económica negativa”, expuso el organismo internacional.
Retos sociales y gobierno
Hassnaa Moustafa, egresada de la Universidad de París XI, fue la encargada de crear las soluciones Car-to-Cloud, sistemas que usan los vehículos autónomos, integrando conectividad, análisis en tiempo real y servicios en la nube. Actualmente se dedica al desarrollo de arquitecturas de Edge Computing e IA aplicadas a Internet de las Cosas, por ello afirma que la sostenibilidad es otro reto crucial.
“La computación que requieren las ciudades inteligentes consumen mucha energía, por lo que es fundamental usar tecnologías energéticamente eficientes para evitar que la transformación digital impacte negativamente el medio ambiente", agregó.
Hassnaa Moustafa también considera que la excesiva regulación de parte de los gobiernos, puede ralentizar el progreso.
Afirmó que la ciberseguridad y la protección de datos privados son otro gran reto, ya que las ciudades inteligentes recopilan información de toda la infraestructura urbana y sus ciudadanos.

El Instituto para el Desarrollo Gerencial (IMD) apuntó en su último reporte “Índice de Ciudades Inteligentes 2025”, que realiza en colaboración con la Universidad de Singapore, muestra que en la Ciudad de México, considera que además de la inseguridad (principal problema que detectan los capitalinos), la corrupción y falta de transparencia es el segundo problema más importante que enfrentan y el tercero la mejora de los servicios básicos, como manejo de agua, desechos y electricidad.
Por ello el instituto pone a la capital mexicana por debajo de las 100 ciudades más inteligentes del índice que publicó en abril de este año con datos de 2024, aunque a nivel América Latina es el segundo.
Recomendación: inversión progresiva
Respecto a la inversión necesaria para la transformación digital de una urbe, la experta señaló que al ser grande y limitada por la capacidad de producción de las empresas, debe hacerse de manera progresiva, priorizando áreas específicas, en lugar de intentar transformar toda la infraestructura de manera simultánea.
Asimismo, recomienda aprovechar las estructuras ya existentes ("brownfield"), e implementar sobre éstas innovación digital por capas; por ejemplo, con los semáforos inteligentes a los que se les agrega una aplicación de IA que se conecta a su sistema analógico.
En el caso de Intel, la empresa contribuye a la creación de ciudades inteligentes al ofrecer plataformas de cómputo accesibles, software gratuito, capacitación y soporte técnico para desarrolladores, con lo que facilita la adopción de tecnologías de manera progresiva y sostenible.
Sin embargo, otro obstáculo más de las ciudades inteligentes es la falta de autonomía en la toma de decisiones de parte de los actores involucrados. Se ven limitadas en su derecho a decidir, si existiera esa capacidad, éstas podrían alcanzar sus objetivos de transformación más rápido.
La toma de decisiones financieras, que son clave para solventar planes de preparación para el futuro, es el área con menor autonomía.
De acuerdo a un reporte de ThoughtLab sobre ciudades inteligentes, 34 por ciento tiene independencia significativa o total para recaudar ingresos y financiamiento. Esto obliga a la mayoría a competir con las autoridades estatales y nacionales por los recursos que necesitan.

FC