En los sesenta se multiplicación las editoriales independientes en el país. ERA (1960), Joaquín Mortiz (1962), Siglo XXI (1965) y Nuestro Tiempo (1966) avituallaron a los jóvenes lectores con la nueva narrativa y la crónica literaria, el ensayo, las ciencias sociales, el psicoanálisis, el posestructuralismo y las nuevas corrientes del marxismo.
La calidad, pluralidad y cosmopolitismo intelectual de sus títulos pronto colocó a Siglo XXI en una posición preponderante en ese mercado emergente del libro. Arnaldo Orfila Reynal (1897-1998), director del Fondo de Cultura Económica (FCE) de 1948 a 1965 en relevo de Daniel Cosío Villegas, comenzó a darle forma al nuevo sello editorial a sugerencia de numerosos amigos (Jesús Silva Herzog, Octavio Paz, Pablo González Casanova, Guillermo Haro, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, Fernando Benítez y otros muchos) el 9 de noviembre de 1965, tras el cese fulminante ordenado por Gustavo Díaz Ordaz, quien colocó en su lugar al jurista y escritor Salvador Azuela. El motivo: el escándalo provocado por la publicación en el FCE de Los hijos de Sánchez, de Oscar Lewis, denunciado por sus detractores como un libro obsceno y mal intencionado, que denigraba con opiniones “calumniosas, difamatorias y denigrantes” al “pueblo y el gobierno de México”, razones suficientes para que la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística presentara una denuncia penal contra el antropólogo estadunidense y también contra la editorial estatal, dirigida además por un “extranjero” de inclinaciones socialistas más que evidentes.

La Cultura en México, suplemento cultural de Siempre!, a cargo de Benítez, apoyó la gestión del editor platense considerando “los pecados” de Orfila “los grandes éxitos no del Fondo, sino de la industria editorial mexicana”. Como consta en la correspondencia del editor, múltiples intelectuales, escritores y académicos reconocieron su gestión, aunque fueron menos quienes reprobaron el atropello presidencial y dieron la bienvenida al emprendimiento de Orfila. Wenceslao Roces —traductor de cabecera y fundador de la Sección de Grandes Obras de Historia del FCE— le escribió “no sé si expresarle mi indignada protesta por lo sucedido o mi calurosa felicitación por las manifestaciones de solidaridad y simpatía y por la nueva ruta a que ello ha dado pie. Yo creo más lo segundo que lo primero. O ambas cosas a la vez”. Gabriel Zaid le acompañó con un “creo en su aventura y quiero que me cuente entre los que la suscriben”. Sergio Bagú le transmitió “nuestra profunda satisfacción al comprobar que este episodio se ha confirmado con rapidez en una victoria de gran magnitud”. Rodolfo Mondolfo confiaba “en que le habría llegado hace varias semanas la declaración que hemos firmado aquí en solidaridad con usted y de reivindicación de la… valiosa obra cumplida por usted para el desarrollo del Fondo de Cultura Económica y de su misión cultural en toda América Latina”. Y, con notorio retraso, Oscar Lewis le manifestó que sentía mucho todo lo sufrido por la publicación de Los hijos de Sánchez y pidió perdón por no haber demostrado más apoyo moral durante la época de crisis: “Creo que yo también estuve en estado de ‘shock’ por el escándalo… Espero que su nueva casa editorial tenga un gran éxito y yo quisiera ayudarle en cualquier manera que sea posible”.
La editorial despegó con un capital semilla de tres millones de pesos aportado por un grupo de intelectuales y académicos que suscribieron 319 acciones (Luis Villoro, Ricardo Pozas, Rosario Castellanos, Luis Cardoza y Aragón, Carlos Ímaz, Margo Glantz, Francisco López Cámara, entre otros) tuvo cobijo provisional en una casa de Poniatowska en la colonia del Valle (Gabriel Mancera) y, en 1974, adquirió una sede propia en Copilco (Cerro del Agua). Heráclito: textos y problemas de interpretación, previamente entregado al FCE, de Mondolfo, fue el primer volumen salido de las prensas de Siglo XXI. Le siguieron Psicología y psicopatología de la vida amorosa (Josef Rattner), Historia natural de la agresión (J. D. Carthy y F. J. Ebling, comps.), Martí, el héroe y su acción revolucionaria (Ezequiel Martínez Estrada), No es fácil el camino a la libertad (Nelson Mandela), Pediatría accesible (Joaquín de la Torre), José Trigo (Fernando del Paso), Países pobres, países ricos (L. J. Zimmerman), Bases para la planeación económica y social de México (Horacio Flores de la Peña y otros) y La casa del mañana (Emmanuel Besnard).
Para tener un arranque robusto, Orfila trató de allegarse a autores consagrados que habían publicado en el FCE (Claude Lévi-Strauss, Erich Fromm) o que eran ampliamente conocidos como Herbert Marcuse de quien, tras reiteradas tentativas, no le fue posible conseguir los derechos en castellano de Razón y revolución, finalmente adquiridos por Alianza Editorial. Fromm no quiso empañar su buena relación con el Fondo, donde Orfila le había encomendado la Biblioteca de Psicología y Psicoanálisis —además de que la editorial estatal le publicaba la Revista de Psicoanálisis Psicología y Psiquiatría (1964-1974), órgano oficial de la Sociedad Mexicana de Psicoanálisis—, por lo que, tras una alambicada negociación, el muy leído psicólogo alemán accedió publicar en Siglo XXI Anatomía de la destructividad humana (1975). Estos reveses no empañaron el optimismo de Orfila quien, a principios de 1968, se enorgullecía de haber “hecho ya 73 ediciones” y de tener “en preparación otro tanto”, en vista de la “aceptación que han tenido en toda América y España ha sido muy tonificante y en este último país, en donde estuve ahora, dejé constituida Siglo XXI de España”.
Llegarían los textos de las luminarias del marxismo occidental (Louis Althusser, Nicos Poulantzas, Paul Baran, Paul Sweezy, Maurice Dobb, Eric J. Hobsbawm, Perry Anderson), del estructuralismo y posestructuralismo franceses (Michel Foucault, Jaques Lacan, Roland Barthes, Julia Kristeva, Pierre Bourdieu) y del pensamiento crítico latinoamericano (Paulo Freire, André Gunder Frank, Fernando Henrique Cardoso, Pablo González Casanova, Ruy Mauro Marini, Theotonio Dos Santos, Marta Harnecker). Sin embargo, no todas las noticias eran buenas: las dictaduras militares —constataba Orfila— harían en los setenta “precaria situación de los mercados latinoamericanos, entre los que están cerrando para nosotros los de Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Paraguay, Nicaragua y algunos más que implica decir más de la mitad del continente”. La filial de Siglo XXI en Buenos Aires, creada en 1966, fue allanada una década después con la asonada militar del general Jorge Rafael Videla, por lo que el editor platense arropó en México al círculo intelectual de José Aricó, que publicaba los Cuadernos de Pasado y Presente, confiando al intelectual cordobés la dirección de la Biblioteca del Pensamiento Socialista, de la cual formó parte la edición crítica de El capital, a cargo del traductor uruguayo Pedro Scaron, exiliado en París.
Orfila dirigió Siglo XXI hasta 1989. El éxito editorial, su tenacidad y perspectiva global fueron retribuidos con reconocimientos y el desagravio del Estado mexicano que llegó en 1980 con el Águila Azteca, mientras que de Francia recibió la Legión de Honor en 1985, de Cuba la Orden Carlos Manuel de Céspedes en 1988 y de la Sociedad Alfonsina Internacional el Premio Internacional Alfonso Reyes en 1992. Le sucedió en el cargo durante breve tiempo el editor Martí Soler. Terminaba así la época dorada de la editorial, internándose en las décadas oscuras que casi le costaron la desaparición cuando el entonces director y accionista mayoritario, Jaime Labastida, decidió venderla a Merkcent Consulting and Funding, empresa chihuahuense sin antecedentes en la industria del libro. La airada protesta de la comunidad intelectual, académica y científica revirtió “el negocio que se ha montado” por “7 millones de dólares”, y Siglo XXI fue finalmente adquirida por el consorcio editorial argentino Capital Intelectual en 2021.
Carlos Illades
Profesor distinguido de la UAM, investigador emérito del SNI y miembro de número de la Academia Mexicana de la Historia. Autor de 'Por la izquierda. Intelectuales socialistas en México' (Akal, 2023) y de 'La revolución imaginaria. El obradorismo y el futuro de la izquierda en México' (Océano, 2024).
AQ