El Alzheimer o cualquier otro tipo de demencia son de esas situaciones en las que, pese a ser recurrentes, creemos que “jamás nos va a tocar”. Por ese pensamiento es que pocas personas se preparan para enfrentar y tratar la enfermedad; y muchas menos son las que trabajan conscientemente para reducir la posibilidad de padecerla.
Porque bien no existe cura para la demencia, existen factores de riesgo que, según la evidencia, podrían tener relación con el desarrollo de la enfermedad. Algunos de los cuales, incluso, pueden modificarse desde temprana edad para disminuir el riesgo.
“Hay cosas que no puedes cambiar como la genética, pero hay muchas conductas que sí puedes cambiar y tiene que ver con la manera en que vives”, señaló Rosa Farres, presidenta de la Asociación Mexicana de Alzheimer y Enfermedades Similares (AMAES), en entrevista con MILENIO.

¿Cuáles son los factores de riesgo para desarrollar demencia?
En el caso del Alzheimer, se ha demostrado que el proceso degenerativo puede comenzar 15 o 20 años antes de la aparición de los primeros signos, sin que la persona sospeche que padece dicha enfermedad.
A este periodo se le conoce como Alzheimer asintomático, pero poco se sabe de su existencia y, por ende, se desconoce la cultura de prevención para este y otro tipo de demencias. De hecho, esta puede desarrollarse desde la infancia o juventud: “Si no lo sabes y si no sabes cómo prevenir o cómo contrarrestar eso, pues no lo haces”.
De ahí que se han identificado 14 factores de riesgo vinculados al desarrollo de la demencia: su presencia incrementa la probabilidad de padecerla, más no da certeza de ello. Según la Organización Internacional de la Enfermedad del Alzheimer, atender los que son modificables podría prevenir o retrasar hasta el 45% de los casos.

1. Inactividad física
El ejercicio ayuda a bajar el riesgo de algunos tipos de demencia, además de beneficiar al corazón, a la circulación, al peso y al bienestar mental.
Un estudio de Neurology Live, presentados en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer de 2025, encontró evidencia de que las caminatas pueden proteger al cerebro del deterioro cognitivo. Y otro reporte del 2022 señaló que caminar 10 mil pasos por día puede reducir el riesgo de demencia hasta un 50%.
Por su parte, la Organización Internacional de la Enfermedad del Alzheimer recomienda realizar 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad vigorosa a la semana.
2. Fumar
Consumir tabaco aumenta considerablemente el riesgo de desarrollar demencia, así como diabetes tipo 2, accidentes cerebrovasculares, cáncer de pulmón y otros tipos de cáncer.
Y aunque la persona haya vivido varios años así, dejar de fumar en la edad adulta también reduce el riesgo.
3. Consumo excesivo de alcohol
La Organización señala que consumir más de 21 unidades semanales de alcohol aumenta el riesgo de demencia.
Su exceso es causante de más de 200 enfermedades y lesiones, además de existir una relación causal entre el consumo nocivo de alcohol y diversos trastornos mentales y del comportamiento.
EL DATO…¿Cuántos tipos de demencia hay?
Aunque la enfermedad del Alzheimer es el tipo de demencia más común, la Organización Internacional de la Enfermedad del Alzheimer (ALZINT) señala que existen más de cien formas de demencia.
Sin embargo, y además del Alzheimer, la ONG señala que las causas más comunes de esta pérdida de neuronas son:
1. La demencia vascular: accidentes o mini accidentes cerebrovasculares debido a que pequeños coágulos de sangre no permiten al oxígeno llegar al tejido cerebral.
2. La demencia con cuerpos de Lewy: muy similar al Alzheimer, pues también es causada por proteínas anormales que provocan la muerte de las células nerviosas. Entre sus síntomas están las alucinaciones, alteraciones del estado de alerta y alteraciones del sueño.
3. Demencia frontotemporal: suele desarrollarse a una edad más temprana que el Alzheimer, afectando especialmente al lóbulo frontal del cerebro.
4. Contaminación del aire
Un reciente análisis, publicado en la revista The Lancet Planetary Health, comprobó la conexión entre la salud cerebral y la contaminación atmosférica, específicamente, de partículas finas procedentes de fuentes como las emisiones de los coches, las centrales eléctricas, el polvo, la quema de combustibles y de hollín.
Dichos contaminantes parecían ser el causante de la demencia vascular, más que del Alzheimer. No obstante, dicho estudio no pudo precisar con exactitud a cuáles emisiones estuvieron expuestas las personas de estudio ni en qué momento de la vida esta exposición es más importante.
Por ello, destacó Farres, “hay que seguir empujando a que los tomadores de decisiones reconozcan que la demencia en México es un problema de salud pública importante".

5. Lesiones en la cabeza
Los traumatismos craneoencefálicos graves y muy repetitivos, pueden provocar el desarrollo de demencias entre dos y tres años antes de lo normal.
6. Poco contacto social
Contar con una red de apoyo emocional (amigos o familia) mejora la reserva cognitiva y fomenta conductas beneficiosas para la memoria, tales como charlas para recordar eventos del pasado o realizar actividades como pintura o costura.
7. Educación
Un bajo nivel educativo en la primera infancia afecta la reserva cognitiva y es uno de los factores de riesgo más importantes para la demencia.
8. Obesidad
Especialmente observada en la mediana edad (entre los 40 a 60 años), padecer obesidad incrementa el riesgo de padecer algún tipo de demencia.
Al ser un factor de riesgo modificable, se sugiere sustituir los hábitos alimenticios y priorizar alimentos como cereales integrales, frutas, vegetales, pescado, mariscos, frutos secos, aceite de oliva y otras grasas saludables.
9. Hipertensión
La presión alta, especialmente en la mediana edad, aumenta el riesgo de padecer demencia vascular y Alzheimer. Esto, debido a que se dañan los vasos sanguíneos cerebrales y el flujo sanguíneo al cerebro.
10. Diabetes
La diabetes tipo 2 es un factor de riesgo para el desarrollo de la demencia.
11. Depresión
La depresión se asocia con la incidencia de demencia, sin embargo aún está claro en qué medida.
12. Discapacidad auditiva
Aquellas personas con pérdida auditiva tienen un riesgo significativamente mayor de padecer demencia. Y si bien el uso de audífonos reduce esta probabilidad, Farres señala que la “vergüenza” de usarlos puede obstaculizar el diagnóstico temprano.
13. Pérdida de la visión
Diversos estudios han demostrado que algunas afecciones oculares, como las cataratas o la retinopatía diabética, pueden aumentar el riesgo de desarrollar demencia. No obstante, el riesgo no existe para todos los casos, por ejemplo, padecimientos como el glaucoma o la degeneración asociada a la edad se encontraría exentos.
14. Colesterol alto
En el cerebro, el exceso de colesterol se asocia con un mayor riesgo de accidente cerebrovascular y un aumento de dos proteínas (amyloid β y tau) comúnmente asociadas con algunas demencias, tales como el Alzheimer.
ASG