Mary, de 82 años, sufre un padecimiento asintomático; forma parte de los 17.1 millones de adultos mayores en México con hasta tres enfermedades silenciosas, cuyos tratamientos representan un gran reto financiero.
Las enfermedades silenciosas son trastornos que durante mucho tiempo no presentan síntomas claros o son tan leves que se ignoran, lo que permite que progresen y causen daño en órganos vitales y que para edades avanzadas se vuelven caras de atender.
De acuerdo con un estudio de Koltin, empresa mexicana de seguros médicos para personas de la tercera edad, los 17.8 millones de adultos mayores con un padecimiento de este tipo equivale a 12.8 por ciento de la población del país.
“Las enfermedades silenciosas representan un doble desafío: ponen en riesgo la salud y estabilidad financiera de las personas mayores, al mismo tiempo que ocultan la urgencia de impulsar estrategias integrales de prevención y atención, pues rara vez se buscan detectar de manera proactiva”, expresó Daniel Pando, director de Salud Poblacional de Koltin.
Este grupo de la población, según la compañía aseguradora, puede llegar a enfrentar hasta tres enfermedades silenciosas de manera simultánea, principalmente relacionadas con los sistemas musculoesquelético, cardiovascular y metabólico.
Y crece de forma acelerada, pues se espera que para 2030, las personas mayores superen en proporción a la población infantil (0 a 14 años), mientras que para 2050 podrían representar una cuarta parte de la población nacional.

El estudio también señala que la distribución de la población adulta mayor en México no es homogénea, porque entidades como Ciudad de México, Veracruz, Oaxaca, Yucatán y Michoacán registran las proporciones más altas de personas mayores de 60 años, superando el 13 por ciento de su población total.
“Este fenómeno refleja un envejecimiento regional que exige estrategias diferenciadas de atención en salud, acceso a pensiones, cuidado y programas sociales adaptados a las necesidades de cada entidad”, informó la compañía en un reporte.
El análisis identificó la aparición de nuevos padecimientos silenciosos que afectan a las personas mayores. Entre ellos destacan la descalcificación de los huesos (osteopenia), la pérdida progresiva de masa muscular (sarcopenia) y las alteraciones en los niveles de grasas en sangre, condición que puede derivar en eventos cardiovasculares graves.
“Estos trastornos, muchas veces subdiagnosticados, incrementan la vulnerabilidad física y el riesgo de dependencia en la vejez”, detalló.
El reto financiero asociado con la osteopenia
Mary, nacida en Culiacán, Sinaloa, pero actualmente radicada en el Estado de México, sufre precisamente de osteopenia. El médico gerontólogo le impuso un tratamiento basado en cápsulas de vitaminas, tabletas de calcio y ejercicios moderados, para evitar que la descalcificación de los huesos aumente y se convierta en osteoporosis, siguiente fase de dicha enfermedad.
Hasta el momento lo ha logrado. Según estudios de laboratorio, sus huesos no se han desgastado más.
Para Mary esto ha implicado un desembolso de por lo menos mil 800 pesos al mes, siempre y cuando compre los medicamentos en farmacias que ofrecen descuentos especiales.
“Habría que agregar los análisis de sangre, de orina y densitometría ósea, cada año, que cuestan un total de mil pesos aproximadamente”, detalló.
Esta mujer cuenta con una pensión por viudez por alrededor de 20 mil pesos al mes, por lo que los gastos en el tratamiento de la osteopenia representan aproximadamente 10 por ciento de este ingreso.

Pero de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), en 2024 el ingreso monetario promedio mensual de las mujeres fue de 7 mil 905 pesos, quienes percibieron 4 mil 111 pesos menos que los hombres.
Al considerar estas cifras, el costo del tratamiento de la osteopenia podría representar hasta una cuarta parte del ingreso mensual.
Tratamiento de Alzheimer: 20 mil pesos al mes
El estudio de Koltin también refleja que una de cada 10 personas mayores presenta algún síntoma o indicador de deterioro cognitivo.
“Entre los adultos mayores, el deterioro cognitivo, junto con enfermedades como la hipertensión, la diabetes y la osteoporosis, avanza muchas veces sin síntomas visibles o con síntomas normalizados. La prevención y la detección temprana son clave para frenar su progresión y garantizar una vejez más saludable y activa”, agregó Pando.
En México, se estima que alrededor de 1.3 millones de personas mayores viven con algún tipo de demencia, siendo el Alzheimer el padecimiento más frecuente, el cual implica un gasto de 20 mil pesos aproximademente segun datos de la Casa Alzheimer de Tampico.
Este desembolso rebasaría hasta más del doble el ingreso personal mensual en México.
Sin embargo, no es el único padecimiento que afecta la salud cognitiva de las personas mayores, según el estudio de Koltin; la demencia vascular, el deterioro cognitivo leve, la demencia mixta, así como cuadros asociados a enfermedades como Parkinson o la demencia frontotemporal también forman parte de los principales desafíos.
“México necesita transformar la manera en que atiende a sus personas mayores. Detectar, prevenir y tratar a tiempo las enfermedades silenciosas no solo es un tema de salud, sino de justicia y dignidad para quienes han construido nuestro presente. Este abordaje traerá también beneficios tangibles para nuestro sistema de salud y para la sociedad en conjunto”, concluyó Daniel Pando.
Un día dedicado a los abuelos
En 1982 se estableció a nivel mundial que agosto corresponde a conmemorar la vejez, pero en México se precisó que el 28 de dicho mes sería el Día del Abuelo, según el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam).
“Se ha comprobado que las personas (de tercera edad) que están activas e interaccionan socialmente, mejoran su calidad de vida e, incluso, sus enfermedades se controlan mejor; además, un adulto mayor no necesariamente debe de sufrir enfermedades", dijo Amalia Guadalupe Vega Coyote, gerontóloga del DIF Celaya.
Recomendó a los adultos mayores hacerse revisiones continuas con un médico general de cabecera, además de hacer ejercicios no solamente físicos, sino también cognitivos.
“El envejecimiento saludable consiste en desarrollar y mantener a edades avanzadas la capacidad funcional que hace posible el bienestar. La capacidad funcional está determinada por el conjunto de actividades físicas y mentales, cuyo desarrollo depende de la interrelación de los aspectos biológicos, psicológicos y sociales que atraviesan el curso de vida de las personas”, se lee en un documento del Inapam.

Además, Inapam da a conocer los siguientes consejos clave para conseguir un envejecimiento saludable:
- Garantizar que las personas ejerzan plenamente su derecho a la educación, a una vivienda digna, a un empleo bien remunerado que permita su desarrollo y la satisfacción de sus necesidades.
- Cambiar la forma en cómo vivimos y pensamos el envejecimiento, erradicar los mitos, prejuicios y estigmas que originan una representación negativa sobre la vejez, así como actitudes que generan discriminación y violencia hacia las personas mayores.
- Fomentar las relaciones intergeneracionales en todas las esferas de la sociedad, el intercambio de saberes y experiencias es esencial para un desarrollo integral, a nivel individual y social.
- Fortalecer la participación social es indispensable para el ejercicio de la ciudadanía y el goce de los derechos humanos, por ello es importante que las personas mayores se mantengan activas dentro de sus comunidades y de la sociedad, expresando sus opiniones y siendo parte de la toma de decisiones.
- Mantener una alimentación equilibrada, realizar actividad física y establecer relaciones sociales con el entorno se consideran elementos sustanciales para la salud integral, a nivel físico, mental, emocional y espiritual de las personas.
- Promover los sistemas de protección social, a través de programas sociales con transferencias económicas o pensiones no contributivas que permitan la satisfacción de las necesidades materiales de las personas mayores.
- Asegurar pensiones por jubilación dignas que posibiliten la seguridad económica durante la vejez.
- Garantizar servicios de salud de calidad con un enfoque integral (biopsicosocial) que permita a las personas atenderse plenamente durante todas las etapas de su ciclo vital.
AG