Los hobbies son una garantía de diversión, risas y hasta de nuevas amistades.
Sin embargo, esas horas que dedicamos a pintar un cuadro, las clases de música en la casa de cultura o ese intento por cultivar nuestras propias hierbas de olor conllevan beneficios que van más allá de “pasar un buen tiempo”: fortalecer la memoria.

1. Tejer / ‘crochet’
Tejer suéteres, bufandas o gorros era una actividad — e incluso un acto de amor— mucho más asociado con las abuelitas.
Actualmente, este pasatiempo resurgió gracias a las redes sociales. Más aún entre las y los jóvenes, quienes, principalmente en TikTok, muestran sus habilidades no sólo para tejer ropa o accesorios, también para recrear muñecos a diferentes escalas de personajes de series y películas.
Pero más allá de las creaciones que se pueden lograr con el estambre y las agujas, el crochet también fortalece la memoria, el estado de ánimo e, incluso, puede servir para contener el estrés o la ansiedad.
Así lo demostró un estudio de la Universidad de Wollongong, en el cual se entrevistó a 8 mil 391 personas quienes han practicado este hobbie de uno a cinco años de su vida: el 72.4% afirmó que la actividad “es buena” para la memoria y un 70.6% aseguró haber mejorado su concentración. También reportaron tener pensamientos más claros y organizados, así como ideas mucho más creativas.

2. Tocar un instrumento
Aprender a tocar el piano, la guitarra, el clarinete o cualquier otro instrumento “rinde frutos” desde una temprana edad: en la infancia, según revisiones, puede ayudar a incrementar el coeficiente intelectual; mientras en la adultez se relaciona con mejores funciones auditivas, y en la vejez con buenas funciones ejecutivas.
Asimismo, se ha demostrado que las y los músicos (tanto retirados, como activos) tienen mejor lenguaje, atención y un procesamiento cerebral mucho más rápido. Sin embargo— y la buena noticia— no es necesario volverse profesional para gozar de estos beneficios.
Por su parte, un estudio del International Journal of Geriatric Psychiatry destacó que los efectos del teclado o piano y de instrumentos de aire fueron significativamente más notables que con otros instrumentos. Especialmente en cuatro áreas: aprendizaje por pares asociados— relacionar un elemento con otro—, retención de dígitos, búsqueda ordenada y memoria de trabajo compuesta.
EL DATO¿Qué es la memoria de trabajo?
También conocida como memoria operativa, es un sistema cerebral que nos permite almacenar y manipular información de forma temporal para llevar a cabo tareas cognitivas complejas, tales como la lectura, el razonamiento o la resolución de problemas.
3. Jardinería
El simple contacto con la naturaleza puede reducir los niveles de estrés y enojo, e incrementar sensaciones y experiencias placenteras. Pero el hecho de “adoptar” una planta, cambiar su tierra y verla crecer también conlleva beneficios para la función cognitiva, especialmente en personas mayores con demencia.
Esto se observó en un artículo de Nature-Based Therapies and Human Health, realizado en Corea del Sur, donde 41 adultos mayores con demencia diagnosticada participaron en actividades de jardinería en la Universidad de Konkuk, las cuales implicaron cavar la tierra, rastrillar, fertilizar, trasplantar las plantas y regarlas.
Al final del experimento, se comprobó que, luego de trabajar por 20 minutos en estos huertos, mejoraron los niveles del crecimiento nervioso cerebral relacionados con la memoria. Aunque estos beneficios se registraron, más bien, para el corto plazo.

Asimismo, los efectos positivos derivaron en un mayor compromiso de la persona; menos comportamientos agresivos, calidad de vida y de sueño mejorada, reducción de medicación, disminución del estrés y depresión.
Por ello, la jardinería sirve como una terapia no sólo para personas mayores con demencia y propensas a la depresión, sino para cualquier persona de cualquier edad.
Esto debido a que la depresión en la vejez está fuertemente asociada con la ansiedad, síntomas somáticos y la pérdida del nivel cognitivo. Por lo cual, "ofrecer formas seguras de pasar tiempo en contacto con la naturaleza y actividades de jardinería restaurativas es una forma relativamente fácil de prevenir o contener estos problemas”.
4. Crucigramas o juegos de palabras

No es necesario buscar un libro de sopa de letras o de crucigramas para empezar en este pasatiempo. De hecho, son tan accesibles que pueden encontrarse en las últimas páginas del periódico favorito o, por qué no, en cualquier página que Google arroje con la búsqueda “crucigramas online” o “sopas de letras en línea”.
Aunque no pueden prevenir la demencia, estudios demuestran que estos y otros juegos de destreza (rompecabezas, adivinanzas y otros problemas de lógica) pueden aplazar hasta por dos años el surgimiento de los primeros signos.
También fortalecen la memoria a corto plazo al reforzar las conexiones entre las células cerebrales, incrementar la velocidad mental y perfeccionar el pensamiento crítico y analítico.
En cuestión emocional, se obtienen los mismo beneficios que al meditar, ya que el estrés de la vida diaria desaparece y es reemplazado por una sensación de paz que, al final del día, se materializa en la reducción de la presión arterial y la frecuencia cardiaca.
ASG