Fernandito (de siete años de edad) y Dulce (de 12) fueron asesinados recientemente en dos hechos distintos en el Estado de México. Sus victimarios, presuntamente, actuaron motivados por conflictos económicos.
En México, la violencia contra personas menores de edad es un aspecto tan latente como agobiante. De acuerdo con datos de la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), entre enero y julio de 2025 hubo 386 niñas, niños y adolescentes víctimas de homicidio doloso. La cifra para el mismo período de 2024 fue 482.
Durante sus primeros años de vida, el principal origen de la violencia contra menores de edad es la dinámica familiar; conforme las y los niños crecen, sus factores de riesgo aumentan en otros ámbitos, según puede leerse en una investigación de Sofía Cobo Téllez, doctora en Derecho.
En el año 2002, el municipio mexiquense de Ecatepec de Morelos fue escenario de un hecho de violencia que causó una gran conmoción. A plena luz del día, un hombre arrolló a más de 20 personas afuera de una escuela. En declaraciones posteriores, el sujeto admitió que decidió embestir a niñas y niños con su camioneta por desesperación, pues se le hacía tarde para llegar a su trabajo.
Para conocer más sobre lo que se vivió aquella tarde, MILENIO entrevistó a una joven que fue testigo de los hechos, pues su primaria se ubicaba a pocos metros del lugar.
"Dicen que un loco atropelló a los niños"
El jardín de niños 'Gabriela Mistral' se ubicaba en la calle Clavel de la colonia Los Bordos. La tarde del 6 de mayo de 2002, José Luis Nieto Ávila salió de su domicilio, ubicado sobre la misma vialidad, para dirigirse a su trabajo. Era mecánico de oficio y, debido a que la calle es una cerrada, el plantel era un punto por el que debía pasar siempre.
Apenas había abordado su camioneta cuando se dio cuenta de que el tránsito estaba obstruido por una ceremonia de honores a la bandera. El personal docente acostumbraba realizar este tipo de actos cívicos en la vía pública debido a que la escuela no tenía patio.
Nieto Ávila se acercó con su vehículo hasta el lugar en donde niñas, niños y algunos profesores estaban reunidos. Amenazó a la directora del jardín de niños, María del Socorro Bribiesca Martínez, con embestirlos a todos si no se retiraban del camino. Ella ignoró sus dichos, pues antes ya se habían confrontado verbalmente por la misma situación.
El sujeto regresó a su vehículo y, por algunos segundos, las profesores consideraron que la situación se había controlado. La ceremonia cívica no se detuvo en ningún momento. La escolta marchó como siempre lo hacía, mientras la banda de guerra interpretaba el Toque de bandera.

Conforme al programa, la maestra de ceremonia pidió a las y los estudiantes que entonaran el Himno Nacional. El grupo apenas llegó al segundo verso cuando Nieto Ávila puso en marcha su camioneta y aceleó.
Los cánticos del símbolo patrio fueron sustituidos por gritos de dolor y llanto. Las cámaras de un noticiero captaron el momento exacto del atropellamiento masivo y mostraron a las decenas de infantes que quedaron lesionados y tendidos sobre el pavimento.
Gema —como pidió ser identificada— estudiaba en la primaria 'Manuel Acuña', ubicada a un par de calles de distancia. Como era costumbre, ese día su tía la recogió a ella y a su hermana poco antes de la una de la tarde.
"Íbamos caminando, siempre había mucha gente porque los niños iban con sus mamás o con quienes los recogían. Pero ese día nos encontramos con una enfermera que iba llorando y corriendo", comentó en entrevista con MILENIO.
Confundidas por aquella escena, Gema y sus familiares siguieron su camino, pero al ver a una niña con el rostro lleno de sangre supieron que había ocurrido algo grave.
"La menor traía la boca llena de sangre, le escurría mucho y trataba de cubrirse mientras su mamá le decía que todo estaría bien. Traía un uniforme distinto al de nosotras, por lo que imaginamos que algo había pasado en esa escuela".
Sin dimensionar aún la magnitud del asunto, Gema, su tía y su hermana hicieron una parada en un puesto de quesadillas para comer. Mientras esperaban sus alimentos, vieron pasar nuevamente a la enfermera, quien llevaba a su hija en brazos, también manchada de sangre. En ese momento, la tía de Gema le preguntó a la señora que atendía el puesto qué había ocurrido. "Dicen que un loco atropelló a los niños de una escuela", recibió en respuesta.
¿Qué pasó con José Luis Nieto Ávila?
Aunque intentó huir, Nieto Ávila fue detenido por familiares de los pequeños y llevado ante el Ministerio Público en Xalostoc. Durante las siguientes horas, decenas de pobladores se manifestaron a las afueras de dicha instancia e incluso amenazaron con entrar a lincharlo.
En una serie de declaraciones ofrecidas a medios de comunicación, Nieto Ávila dijo que decidió atropellar al grupo de infantes y profesoras por la desesperación que le produjo el no poder pasar. Además, reconoció que se arrepentía de no haber matado a la directora del plantel.
"¿Qué querían que hiciera si no me dejan pasar y no me dejan trabajar? [...] Ojalá y sí la hubiera matado, porque una persona que expone a los niños así es lo que merece y yo merezco otro tanto por haberlo hecho", dijo Nieto Ávila ante las cámaras.
Durante las investigaciones por este suceso, la directora del jardín de niños y el personal docente revelaron que el Ayuntamiento, entonces encabezado por Agustín Hernández Pastrana, había otorgado un permiso para realizar actividades sobre la calle Clavel. El alcalde, por su parte, negó tal versión, pero dijo que se ofrecía un servicio de seguridad y vigilancia cuando había algún evento.
Evaluaciones del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) difundidos por la prensa advirtieron que la mayoría de los menores que estuvieron en aquella ceremonia padecieron afecciones como insomnio, estrés y pesadillas recurrentes.
Gema, aunque no fue directamente afectada por Nieto Ávila, detalló que tanto ella como su hermana comenzaron a sentir un profundo miedo a los automóviles y sentían temor de ir a la escuela.
Nieto Ávila, quien tenía 56 años de edad al momento de los hechos, fue condenado a 146 años de prisión por los delitos de homicidio calificado y lesiones.
Los pequeños Rodrigo Reyes Ríos (tres años) y Adriana Martínez Villarreal (de cuatro) murieron de forma instantánea tras ser arrollados por el sujeto, mientras que 22 personas más, entre menores y personal de la escuela, resultaron heridas.
Aunque la sentencia fue ratificada en 2004 por un tribunal en Ecatepec, Nieto Ávila sólo podría cumplir 50 años en la cárcel, ya que es la pena máxima contemplada en la legislación estatal. Su condena la purga en el penal de Chiconautla, en donde ya había sido ingresado un par de veces antes de aquel trágico 6 de mayo.
Al utilizar servicios de navegación satelital, que el inmueble en donde se ubicaba el jardín de niños estuvo en venta durante la segunda mitad de 2015. Para 2018, el lugar ya presumía una fachada de distinto color y parecía estar habitado. La imagen más reciente, capturada en diciembre de 2022, muestra un nuevo cambio en la pintura. Pese a las modificaciones, sobre la banqueta aún se mantiene un pequeño cenotafio que fue colocado en honor de Rodrigo y Adriana.

BM.