Famosas han sido las noticias falsas que vaticinan finales trágicos. Quizá las más conocidas son “El cometa Halley acabará con la vida en la Tierra”, “Y2K: en el 2000 habrá un apagón tecnológico”, “Los mayas predijeron el fin del mundo en 2012”.
La más reciente decía así: “Tienen en el IMSS sus días contados: solo le quedan ocho años de solvencia financiera”.
La publicaron algunos medios de comunicación la semana pasada, a partir del Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión Sobre la Situación Financiera y los Riesgos del Instituto Mexicano del Seguro Social 2024-2025.
Esas afirmaciones no solo eran falsas y alarmistas: distorsionaron totalmente un informe técnico y transparente que el IMSS, en su calidad de asegurador, prestador de servicios y administrador de reservas y fondos, entrega año con año.
Ante la desinformación, decidí aclararlo rápidamente:
Lo primero era decir que el informe presenta la situación financiera del instituto y su perspectiva en el mediano y largo plazo. Que analiza riesgos partiendo de una premisa: ¿qué pasaría si no se toman medidas preventivas ante tendencias como el envejecimiento de la población o el aumento de enfermedades crónicas?
Lo segundo: que el informe sirve para señalar las medidas implementadas, así como las estrategias y acciones que se desarrollan para lograr eficiencias operativas y financieras, sin descuidar la oportunidad y calidad de los servicios que ofrecemos.
Lo tercero: que, con base en ello, el informe plantea que el IMSS tiene suficiencia financiera programada al menos hasta el año 2037. En ningún momento habla de un colapso inminente, ni señala que 2037 sea el fin del instituto. Lo que sí hace es advertir que, de no tomar medidas, estaríamos en riesgo.
Los medios omitieron señalar que en 2018, cuando comenzó la cuarta transformación, el mismo informe señaló que la suficiencia del IMSS era hasta 2028, es decir, ¡en el sexenio del presidente López Obrador incrementamos en nueve años su suficiencia!
No señalaron que derivado del aumento al salario mínimo, de la desaparición del outsourcing y de la formalización de muchos empleos nuestras reservas pasaron de 200 mil millones de pesos en 2019 a 600 mil millones en la actualidad; que lo logramos en medio de un complejo entorno internacional y con una pandemia a cuestas.
Tampoco informaron que el incremento en las reservas no afectó el crecimiento en la infraestructura hospitalaria, la ampliación de servicios médicos o la contratación de más personal para la atención médica.
El informe es claro al señalar que una de las presiones más importantes que tenemos son las enfermedades crónico-degenerativas, como la diabetes o la hipertensión. Sin embargo, ante ello, la respuesta del gobierno de la doctora Claudia Sheinbaum ha sido contundente con la implementación de una serie de programas preventivos:
Para los derechohabientes del futuro, las niñas y niños: Vive saludable, Vive Feliz.
Para los derechohabientes que más hacen uso de los servicios de atención médica —jubilados y pensionados—: Salud Casa por Casa.
Para los derechohabientes que enfrentan mayores condiciones de rezago social: prestaciones médicas en Jornadas de Paz.
Para los derechohabientes laboralmente activos: Entornos Laborales Seguros y Saludables (Elssa).
El IMSS tiene retos, como cualquier institución de seguridad social, pero también tiene propuestas, equipo, compromiso y responsabilidad para enfrentarlos y decir: hay IMSS para rato.