Política

Cuidar lo que compartimos, el mejor consejo

En un mundo como en el que vivimos, donde la línea entre lo público y lo privado se ha vuelto más frágil que nunca, resulta trillado, pero urgente aprender a cuidar lo que difundimos.

Hoy, una publicación en redes sociales, un formulario mal resguardado o una llamada telefónica pueden abrir la puerta al delito.

Contrario a lo que pasaba antes, el enemigo ya no siempre se presenta armado a la vuelta de la esquina, sino disfrazado de ventana emergente, de número desconocido o de algoritmo que conoce nuestros hábitos mejor que nosotros mismos.

Las cifras no mienten: más del 70 por ciento de los mexicanos ha sido víctima de al menos un intento de extorsión digital. Y aunque solo 30 por ciento cae en la trampa, muchos más viven con el miedo, la incertidumbre o el trauma de haber sido blanco de un delito que muchas veces se origina por un solo descuido.

La semana pasada se confirmó que Nuevo León forma parte de la lista negra en este rubro, ubicado entre las ocho entidades con mayor incidencia.

El domingo en Cambios escuchamos la advertencia de Vidal Garza Cantú, vicepresidente de Coparmex NL; fue clara y necesaria: urge generar una cultura del cuidado de datos personales en Nuevo León. No basta con esperar a que el Gobierno actúe o a que la tecnología nos proteja. Debemos comenzar por casa, por nosotros mismos, por lo que publicamos, por las aplicaciones que autorizamos, por la información que entregamos a cambio de comodidad digital.

La protección de datos no es una opción, sino un derecho. “Y es un deber ciudadano ejercerlo”, sostuvo la presidenta del Instituto de Transparencia de NL, Brenda González.

La especialista destacó los avances en la materia, sobre todo en la formación académica y en la capacitación a grupos vulnerables. Eso es un buen paso, pero no suficiente. Porque mientras las instituciones caminan, los criminales corren, y con cada clic les abrimos la puerta.

El internet y las redes sociales se han convertido en tierra fértil para la extorsión. Como lo explicó Pablo Corona Fraga, presidente de la Asociación de Internet MX. Sostiene que la delincuencia digital combina llamadas, mensajes y datos disponibles en línea para construir engaños cada vez más sofisticados. Esta forma de violencia ya no requiere fuerza, dijo, solo información. Agregó que lamentablemente, esa información se la estamos regalando todos los días.

El mes pasado platiqué con Omar Ortiz, preso en el penal de Cadereyta por secuestro. De lo dicho por el ex futbolista se quedó grabado un mensaje muy verídico: “Dejemos de compartir todo lo que hacemos en redes sociales, estamos poniéndonos en las manos de la delincuencia”.

Aunque se lea como discurso desgastado, cuidar lo que compartimos es también cuidarnos a nosotros mismos.


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Víctor Martínez Lucio
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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