La cinta Running Man (Perseguido) con Arnold Schwarzenegger fue una de las cintas que más me impactó en los 80. No por la impactante figura de su protagonista, quien tenía que aparecer en un show en el que todo mundo lo quería matar, sino por las implicaciones que parecía tener respecto a nuestra falta de humanidad y compasión ante las cosas que nos parecen entretenidas.
No en balde está basada en un libro de Stephen King (con seudónimo), así que el terror es muy real, aunque en su momento fuera criticada por alejarse del texto original en la pantalla grande.
El caso es que la premisa era que en un futuro muy lejano, en 2017, los gobiernos del mundo habían logrado controlar a la sociedad, a las manifestaciones culturales y sociales, dándoles entretenimiento que hoy en día podríamos llamar un reality show con consecuencias mortales.
Mi sensación por años fue que esa película, aparentemente de acción y palomera, era un presagio aterrador de lo que vendría eventualmente.
En noviembre de 2025 se estrena una cinta basada en este libro, ahora protagonizada por Glen Powell y dirigida por Edgar Wright (Baby Driver). ¿Aún da miedo la premisa? Por lo que vi en los adelantos, bastante. Ahora el personaje tiene que entrarle a la acción para salvarse, no solo a él, sino a su hija.
Y en tiempos en los que el género televisivo y la podredumbre que puede llevar consigo mismo es bastante más fácil de verlo cerca. En muchos sentidos, sí nos volvimos esa sociedad que se predijo desde hace ya tantas décadas, y ahora con el nombre de El sobreviviente, podremos ver si aún somos capaces del asombro o si ya perdimos la batalla y nos quedamos más con la acción (que se ve extraordinaria) que con la advertencia social de lo que nos hemos convertido casi en tiempo real.