Había un gran dicho que yo tenía como imán para mi refrigerador: “Yo me informo con Comedy Central y me río con Fox News”. Se refería a la era en la que The Daily Show con Jon Stewart era el programa de comedia que no podía perder un Emmy; eran los tiempos de George Bush, las noticias que salían desde EU parecían más serias en su modo de parodia, que en las cadenas, como la de Rupert Murdoch, que informaban de manera seria.
The Daily Show tuvo una larga historia y muchos casi lloramos en 2022 cuando Trevor Noah se despidió del programa. Pero nada fue más triste que cuando Stewart dijo que ya no seguiría al frente de ese escritorio.
Cuando Trump llegó al poder en 2016, Stewart sufrió mucho. Era una voz que buscaba la comedia al exponer las incongruencias de los políticos, no de atacar con un remate fácil. Los editoriales de sus 15 años en The Daily Show mostraban razón y carcajadas. Y bueno, con Trump haciendo lo que hace, su punto de vista hacía eco por su ausencia. Un eco enorme e imposible de llenar.
La noticia de que Stewart regresa los lunes a cargo de todo es una maravillosa noticia en un contexto aterrador: todas las encuestas y análisis que aseguran que Trump volverá a la presidencia, a menos que pase algo muy sorprendente. Con el dolor de estómago que ese prospecto genera a muchos de nosotros, al menos viene Jon en el proceso electoral para buscar un contrapeso desde la crítica. Hay que tomar nuestras buenas noticias donde las encontremos estos días.