Lo dice el brillante y tétrico personaje de Dedra en Andor, cuando El Imperio está buscando maneras de quedarse con un planeta que le es útil para sus oscuros fines: “la propaganda solo te va a llevar hasta cierto punto. Necesitas rebeldes en Ghorman, de quienes puedas depender para que hagan lo equivocado”.
Brillante. Maquiavélico. Y nada fuera de este mundo. Vaya, nada ni siquiera fuera de nuestra propia ciudad.
En los últimos días, meses y años, hemos visto a mucha gente, muy bien intencionada, uniéndose a causas que les importan, pero sin ver el mensaje que al final del día están promoviendo. Sin saber a quién le están haciendo la chamba, pues. Y aunque suene muy condescendiente, lo cierto es que a veces hay que asomarnos a la “ficción” popular para reflejarnos un poco desde afuera.
Lo preocupante es, en ocasiones, nuestra falta de análisis sobre lo que nos está indignando y la razón por la que eso existe. Por supuesto que yo también quiero ver lejos de nosotros a personas como la llamada #LadyRacista, quien aventó los peores y más nefastos insultos a un policía.
Lo que no quiero es que usen mi indignación ante semejante horror de comportamiento, para echar gasolina al fuego de otros temas también horribles.
Además, me parece curioso el hecho de que este video haya sido promovido así, justo al día siguiente de “la marcha contra la gentrificación”.
Los extranjeros (al menos los que no son como ella, la gran mayoría) no son nuestros enemigos. El buen entretenimiento ilustra y el malo alimenta nuestra furia.
Hay que elegir bien con qué nos quedamos para que, cuando haya que levantar la voz, no acabemos siendo herramientas de nuestros adversarios.