¿Cómo transmuta la literatura en música? Brian Tristan, Congo Powers, Kid Congo y sus múltiples disociaciones podría ser una respuesta. The Gun Club tiene su origen no sólo en ese crudo blues de dos acordes profundos como el fuego, sucios como una boca de bourbon & melancólica post-cruda, tal vez inició con la obsesiva lectura del aficionado a las armas: Bill Lee, Bull [W. Burroughs] que cimbró los corazones de Kid y Jeffrey Lee Pierce para fundar The Gun Club (1980) que con su disco Fire of Love a través de manifiestos azules de country salvaje y Delta/texano como Sex Beat nos hablan de la otra América, no de la América de costillas ahumadas con fiestas “felices” en jardines, vaya basura aspiracional es la “felicidad”, sentimiento cercano al narcisismo hiperindividualista, proviene de la insatisfacción y del rechazo aunque lo duden, estos salvajes son sin duda los herederos de Tom Joad, Blind W. Johnson (1897), Patton (1891), Leroy J. (1911), Magic Slim (1937) y todos los que injustamente no menciono. Entrevisté hace un mes a Kid Congo después de su concierto en París, me confesó que las botas de Drácula son negras, por dentro son rojas, me habló de sus gatos con inmensa ternura, no escuché pretensión alguna tras hablarme un poco sobre su época con The Cramps y Nick Cave, eso lo convierte en una leyenda, la sencillez no impostada en su ser, el rockstar que no se comporta como suelen hacerlo los rockstars, el gran secreto es no obsesionarse con ser reconocido, los seres mágicos nacen así, no hay quien detenga su magia-destino, no necesitan fabricarse una personalidad porque ya son, Kid no es sus creepers ni sus gafas, es el escupitajo sobre el american dream, es el sabor de su helado favorito: de café, el de chocolate es el segundo que adora. Congo es un punk glam chicano bailando eternamente La Araña en su mente con la “brown people, queer”…con los asombroso anormales, con lo más tierno de la venganza. La Araña es mujer para él, “es la vida”, es la hermosa locura que no conocen las personas “normales”, “felices” y pendejas, aferradas a su pobre e inmundo pedacito de bastarda “seguridad”…tragan galleta domesticada y barata que les lanzan los subnormaloides. Kid nos recuerda que el rock and roll es magia, que estar hambriento nos mantiene lúcidos. Desenfreno es drogarse de música, no con sustancias. Bum, bum bum, la magia seduce, es infinita, bum, bum, bum, dispárale a tu policía interno, bum, bum, bum, la prisión más grande son los vicios legales o ilegales. Vicio podría ser que te tomes en serio, nadie eres, nadie somos. El sex es todo para Kid, si Henry Miller viviera probablemente serían los más poderosos amantes metafísicos. Vamos al eterno e inmortal y sobrenatural after punk de esta leyenda musical que se encuentra en su mejor época… presenciemos el 9 de diciembre la cumbre mágica de Kid Congo Powers con sus Pink Monkey Birds en el Foro 28, será parte del MonkeyBee Festival IV emisión.
