¡Nunca te acabes INEGI! En estos tiempos en los que tenemos el mayor número de mujeres víctimas de homicidio doloso, mujeres protagonistas de historias criminales, así como mujeres víctimas cuya acusación es puesta entredicho, vale la pena dar una vista a estudios del INEGI en la materia.
Las cinco entidades del país que concentra la mayor tasa de prevalencia delictiva con víctimas mujeres son Ciudad de México, Estado de México, Baja California, Sonora y Aguascalientes. Guanajuato se coloca por debajo de la media nacional, en la posición 15, de acuerdo a los datos recogidos en el 2018.
Ellas sufren 50.5% de los delitos y el 49.5% ellos (hayan sido o no denunciados ante el ministerio público). El robo a casa habitación, robo en distintas formas y la extorsión tienen en mayor frecuencia una víctima femenina.
En los delitos de lesiones, las víctimas más habituales son los hombres, seguido de robo parcial de vehículo, robo en calle o transporte público, robo de vehículo, fraude y amenazas verbales.
En cuanto a daños derivados del delito, el económico es más frecuente en ellos, mientras que el emocional o psicológico en ellas. Sin embargo, cuando se afirma que no hubo daño, con 7.1% y 8.2%, los niveles son muy similares.
En cuanto a la razón para no denunciar, hay datos interesantes que merecen la reflexión: ellas creen menos que los hombres que es una pérdida de tiempo, tienen menos desconfianza en la autoridad, consideran en menor proporción que son trámites largos y difíciles… peeeero, acusan en mayor porcentaje, una actitud hostil por parte de la autoridad respecto a los hombres. Asimismo, tampoco denuncian por tener más miedo, respecto a los hombres, al agresor.
En el caso del feminicidio, las tendencias son que es más frecuente en la población adulta de 18 años y más, cometido “con otro elemento” (el doble de casos que por arma blanca o de fuego).
En la misma integración de datos que realiza el INEGI, con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, lo que implica partir de una denuncia presentada, hay más víctimas mujeres en los delitos de corrupción de menores, rapto, tráfico de menores y trata de personas. En contraste, para el caso de los hombres, son más frecuentes la extorsión, el homicidio, las lesiones y el secuestro (de acuerdo a denuncias formales).
En cuanto a la violencia por parte de la pareja, la más frecuente es la violencia emocional, dentro de las cuales la indiferencia, intimidación y acecho son las más comunes. El mayor porcentaje se concentra en el rango de edad de 35 a 39 años. Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur, Campeche y Coahuila ocupan los cinco primeros lugares de casos de mujeres que experimentaron violencia por parte de su actual o última pareja.
En cuanto a delitos sexuales, el de violación representa casi el 5% de los casos; el rango de edad más común es de 18 a 29 años y mientras que en el 2016 solo el 8.6% presentó una denuncia, para el 2018 el porcentaje bajó aún más y llegó apenas al 6.4%.
Las cifras hacen sentido: ellas están más dispuestas a denunciar respecto a los hombres, pero han sufrido más actitudes hostiles por parte de la autoridad y tienen más miedo al agresor. Y vamos en franco retroceso en este último caso, en cuanto hacerlo de conocimiento de la autoridad para la procuración de justicia.
Un escenario complicado. Y aunque al menos se mide, hay datos que preocupan, que deben cambiar en actitud, política y acción, desde el ámbito de responsabilidad de cada ciudadano y ciudadana, esté o no en el servicio público.