Hace algún tiempo, por cuestiones que no son indispensables comentar, el municipio de Salamanca se quedó sin su Policía Municipal.
De forma transitoria, la Policía Estatal comenzó a realizar tareas correspondientes a seguridad pública municipal. A este apoyo se sumó el de las instituciones federales, como fue el caso de la División de Gendarmería de Policía Federal, la Policía Militar de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y actualmente la Guardia Nacional.
Salamanca llegó a ser el municipio con mayor presencia federal en Guanajuato, pero paradójicamente sin contar con una institución policial que estuviera bajo el mando de la autoridad municipal.
Este 11 de noviembre se graduaron sus primeros 29 cadetes. Aunque si bien se está muy lejos de alcanzar el número ideal de policías por número de habitantes, el camino hacia la recuperación de capacidades municipales ya inició.
Por ello, es momento de reflexionar, una vez más sobre la importancia que tiene construir desde lo local en materia de seguridad, pensando además que ello significa no tener que depender en su totalidad de otros órdenes de gobierno para dar cumplimiento a una obligación constitucional que recae en la autoridad municipal.
Probablemente habrá alcaldesas o alcaldes a las que les parecerá muy cómodo no lidiar con los retos que implica tener una Policía Municipal a su cargo y que buscarán en el subsidio estatal o federal la vía para transitar durante su periodo. Sin embargo, el daño en el mediano y largo plazo será mayor de lo siquiera imaginado.
Trabajar con herramientas propias y desde lo local es la vía más efectiva, con resultados duraderos para recuperar la paz y tranquilidad de la ciudadanía. Por ello, es realmente preocupante que alguien sugiera o decida recortar recursos para las instituciones de seguridad municipales, porque no solo es una forma de disminuir capacidades y limitar la profesionalización, sino de provocar también una codependencia intencional o circunstancial, con la autoridad federal.
Salamanca es un gran municipio, protagonista en la historia de la libertad de México y la prosperidad de Guanajuato.
Por ello, porque Salamanca lo vale, ante la adversidad y las dificultades, hay que estar más unidos que nunca para escribir nuevas historias y caminar de la mano hacia la meta común de generar condiciones de paz y armonía para la ciudadanía.
Somos las y los guanajuatenses quienes debemos dar pasos firmes hacia adelante, con una visión muy clara que nadie más que nosotros sabrá defender y cuidar a este Guanajuato del que tan orgullosos nos sentimos.
Y justo por eso es aún más loable el logro alcanzado por la autoridad municipal de Salamanca para recuperar a su Policía Municipal. Su experiencia es y debe ser, punto de referencia de lo que ocurre cuando se decide pulverizar a las instituciones policiales, del riesgo que se corre cuando se les descuida y se les recorta recursos, porque más allá de los tiempos y períodos políticos, la ciudadanía es la que sale perdiendo.