¿Existen ciudades modernas exitosas sin gentrificación? ¿Han existido? No.
Renovación y reconstrucción urbanas acompañadas de un flujo de personas pudientes desplazando a otras es la definición consensuada global sobre el significado de gentrificación.
Existe también consenso sobre modos de mitigarla. Sobresalen planeación, decisiones de gobierno y acuerdos con iniciativa privada incluyentes de políticas distributivas, apoyo a rentas, a la justicia entre partes, extensión de contratos y políticas de vivienda social.
En cada ciudad se tienden a buscar acuerdos de “vivilidad” sobre la base del respeto a la comunidad y a la lógica del mercado. Para la izquierda en el gobierno, el dilema es cómo contener las injusticias asociables a lógica mercantil sin dañar la porción sana del legítimo proceso de reproducción del capital.
La gentrificación ha existido desde la imperial Roma antigua hasta la porfirista y ahora cosmopolitamente digital colonia Roma de la Ciudad de México.
Hace dos milenios, en la actual capital italiana, los barrios cercanos al Foro Romano fueron desplazados a los márgenes para que los Patricios tuvieran espacio. En este 2025, sigue ocurriendo en esa ciudad la gentrificación controversial e inevitable. En la céntrica colonia de la capital nacional tiene en su historia más reciente un proceso de degradación, redescubrimiento e inversión, y un consecuente encarecimiento y expulsión.
La discusión no está en la violencia de un grupito dentro de la manifestación contra activistas antigentrificación, sino en la violencia estructural derivada de una desigual distribución de la renta nacional en un proceso aparentemente sin remedio, a juzgar por la persistencia de siglos de la misma desigualdad.
Quien puede pagar, se acerca; quien no, se aleja. Los elementos del interesante programa Policía cerca de ti presentado ayer por la jefa de Gobierno, Clara Brugada, e impulsado por Pablo Vázquez, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, son ejemplo de esa lejanía de la vivienda; en 60 por ciento de los casos, los policías ocupan más de tres horas y media diariamente entre ir y venir a su empleo.
¿También discutiremos la gentrificación alejándonos de atender a quienes ya la han padecido y cuyos descendientes están lejos de regresar a la ciudad de la cual fueron expulsados hace 20 o 40 años?
La gentrificación es, en parte, síntoma y causa del éxito de las ciudades. ¿No hay decenas de miles de casas deshabitadas por las violencias? ¿Gentrificación o deshabitación masiva? Equilibrios.
Cuanto más atractiva se vuelve una ciudad, mayor riesgo existe de ser excluyente. Valientemente, desde un punto de vista ideológico y de políticas públicas, Brugada, quien ha legislado contra las corridas de toros, ha decidido tomar al toro por los cuernos. Ni Roma ni la colonia mexicana homónima se hicieron en un día.