Arrancó la temporada de la Liga Mx que precedió al fracaso mundialista sin cambio alguno. Para los que se encargaron de enfocar sus críticas y propuestas a las reglas que mantiene esta competición esto debe ser considerado como un golpe muy duro.
Recordemos que apenas se registró la eliminación de la Selección Mexicana de Futbol, muchos personajes (ex futbolistas, analistas, entrenadores, directivos y hasta comentaristas políticos), coincidieron en señalar como uno de los puntos más perjudiciales el alto número de jugadores extranjeros (10) que puede registrar un equipo de la Primera División. Se indicó que con una sensible disminución de estos registros los jugadores nacidos y formados en México tendrían una mayor opción de jugar y, en consecuencia, de enriquecer la baraja de donde el entrenador nacional se nutre para elegir a sus convocados.
Pues nada se modificó. En este torneo podrán registrar a esos mismos 10 futbolistas foráneos por club y podrán alinear de forma simultánea hasta a 8 de ellos.
De todos aquellos que se mostraron tan encendidos y enojados, tan preocupados y propositivos, nadie dice nada ya.
Y quizá, solo quizá, sea porque se dieron cuenta que con ello en realidad en poco, por no decir en nada, se contribuye a tener a una selección más competitiva en los Mundiales.
Vamos a pensar que la Liga limita, como hace muchos años, a solo 5 los jugadores extranjeros por equipo. Lo más lógico es que esos 5 sean titulares y que en su mayor parte sean elementos de tipo ofensivo, justo lo que le hace falta a la Selección.
Así nada más, el limitar por limitar extranjeros, no nos lleva al paraíso.
Si no hay un proyecto que priorice la formación y exposición de jugadores de carácter ofensivo, proyectándolos aún en un futbol o en ligas más competitivas, no se podrá realmente avanzar. Esto por delinear solo uno de los puntos de lo que tendría que ser un proyecto ambicioso y complejo.
Rafael OcampoTwitter: @rocampo
