Por supuesto que la Leagues Cup es muy perfectible. Tendrían que encontrarse unas fechas en el calendario que hagan que los equipos de las dos competiciones lleguen en igualdad de ritmo de juego. Pronto también, para la segunda edición, tendrían que programarse juegos en estadios mexicanos. Y también debe de facilitarse y abaratarse en nuestro territorio la difusión en televisión abierta de los duelos más atractivos.
Pero en lo que hasta ahora hemos visto dudo que nadie con la suficiente honestidad intelectual pueda negar que aquí se está fraguando algo sumamente interesante y muy muy atractivo.
Es pronto para recibir números o datos duros, tanto de ingresos vía patrocinadores como por los derechos televisivos, pero esta mezcla de equipos, audiencias, aficiones e intereses es muy complicado que se pueda dar en alguna otra parte del mundo futbolístico. Los Estados Unidos y México congregan a millones de fans del futbol y esta disposición para integrar un campeonato oficial resulta todo un atrevimiento, algo sin duda revolucionario.
¿Por qué se juega en estadios y ciudades estadunidenses? Porque los ingresos por taquilla y esquilmos resultan de momento incomparables con lo que se pudiera obtener en México.
Es el verano (algunos días del mes de junio y todo julio) cuando las grandes potencias del futbol europeo juegan partidos de pretemporada en los Estados Unidos. El amplio mercado se lo comen entre ellos, es raro que requieran a algún equipo de la Liga Mx o de la MLS. Quizá el cambio más importante lo tenga que hacer en materia de calendario de juegos la propia MLS, homologando su torneo y su pretemporada con el de la Liga Mx… O quizá ambas Ligas tengan que hacer cambios, pero el asunto es que empaten sus calendarios.
No es bueno que un torneo deje a los equipos eliminados sin tanto tiempo para volver a la actividad. Otro de los pendientes.
