En el siglo XX los hombres pudieron experimentar la terrible muerte y destrucción que derivaron de las guerras que entonces multiplicaban exponencialmente los graves males de las guerras de otros tiempos. Si ya en la antigüedad, Jeremías, un testigo de la destrucción bélica podía decir trágicamente “salgo al campo: muertos a espada; entro en la ciudad: desfallecidos de hambre; tanto el profeta como el sacerdote vagan sin sentido por el país”, en la actualidad los avances científicos y tecnológicos han permitido la creación de armas cuya potencia es temible para la humanidad en su conjunto.
En 1968 Pablo VI quiso que cada año se le llamara la atención de las conciencias a través de una Jornada mundial de la paz, el día primero de enero.
No buscaba que fuera algo exclusivo de los católicos, pues decía que “La proposición de dedicar a la Paz el primer día del año nuevo no intenta calificarse como exclusivamente nuestra, religiosa, es decir católica; querría encontrar la adhesión de todos los amigos de la Paz, como si fuese iniciativa suya, y expresarse en formas diversas, correspondientes al carácter particular de cuantos advierten cuán hermosa e importante es la armonía de todas las voces en el mundo para la exaltación de este primer bien, que es la Paz, en el múltiple concierto de la humanidad moderna”.
Desde entonces, retomando como propia esta iniciativa, es costumbre de los pontífices enviar un mensaje relacionado con la paz para la mencionada jornada. Los temas han sido muchos, pues desde entonces se han emitido 56 mensajes, y así tenemos que se ha hablado de los derechos del hombre, de la educación y la reconciliación, de la fraternidad, de la justicia, de la posibilidad de la paz, de la defensa de la vida, del desarrollo, de la libertad religiosa, etcétera.
Los mensajes no son muy largos, creo que cada uno podría leerse en general en unos quince minutos, y son accesibles para todos en el sitio del Vaticano, pulsando en la página para cada papa y luego en sus mensajes, donde se encuentran los relativos a la paz. Los textos se encuentran en español, francés, inglés, italiano y portugués. Por ejemplo, los de Pablo VI se hallan en https://www.vatican.va/content/paul-vi/es/messages/peace.index.html
Estos años nos hemos encontrado con graves conflictos en el mundo, además de la violencia dentro de los estados, que también genera gravísimos daños. El mismo hecho de que los temas de los mensajes relacionen la paz con muchos temas, como dijimos, nos permite ver que la construcción de la paz es multifactorial. Por lo mismo, la solución a la violencia en el mundo depende también de muchos factores. Naturalmente una muy seria responsabilidad corresponde a los dirigentes políticos, pero también es cierto que cada persona, aunque parezca poco, puede contribuir a la paz si se nutre de una cultura de paz y genera acciones de paz en la sociedad.