Mateo, sobrino de la conductora Andrea Legarreta, murió en marzo de 2024 tras un accidente durante un entrenamiento de motocross en Estados Unidos.
El adolescente de 14 años, años atrás, había logrado superar una grave y rara enfermedad de la sangre, lo que convirtió su historia en un caso de esperanza que más tarde conmocionó a todo México por su inesperado desenlace.
Esta mañana, su madre, Valentina Martínez, visitó Hoy para dar nuevos detalles sobre caso en una entrevista que ha tocado los corazones de miles. Además, habló de su nuevo libro La carrera más importante de nuestras vidas, en donde detalló la muerte de Mateo.


Sobrino de Andrea Legarreta había superado una extraña enfermedad
Todo comenzó en 2017, cuando Mateo, entonces de siete años, fue diagnosticado con anemia aplásica, una extraña enfermedad que afecta a entre una y seis personas por cada millón al año.
El niño, que era completamente sano y ya destacaba como campeón nacional de motocross en su categoría, vio su vida dar un giro repentino. Según Martínez, en cuestión de días, pasó de los entrenamientos en moto a estar hospitalizado, enfrentando una situación crítica que puso en riesgo su vida.
La única esperanza fue un trasplante de médula ósea. En su caso, su padre fue el donador, con tan solo un 50 por ciento de compatibilidad.
A pesar de lo limitado del margen, el procedimiento fue exitoso, y Mateo se recuperó completamente. Su vida volvió a la normalidad: regresó al deporte, a la escuela y a la rutina que había quedado en pausa durante su lucha contra la enfermedad.
Mateo sufrió un accidente mortal en moto
Sin embargo, siete años después, mientras entrenaba en una pista de Houston para calificar en una importante competencia de motocross, sufrió una caída. Aunque no parecía haber sido un accidente especialmente fuerte, el impacto fue fatal.
Su madre y su hermano menor, quienes se encontraban en el lugar, percibieron de inmediato que algo no estaba bien. Poco después, los médicos confirmaron que Mateo había sufrido muerte cerebral.
La familia tomó entonces una de las decisiones más difíciles: donar sus órganos. Según su madre, esa había sido una voluntad expresada por el propio Mateo tiempo atrás, durante una conversación casual con ella y su hermano.
"Mateo no volvió a recobrar el conocimiento (...) sé que él decidió irse en ese lugar vestido como él quería, esto fue el 20 de marzo y el 27 de marzo Mateo dona sus órganos, esto previo a una platica que él, Jerónimo y yo tuvimos. Yo les comenté que el día que yo muriera quería donar mis órganos y, en aquella plática, el único que me respondió y me dijo: "Mami, yo también quiero hacerlo", fue Mateo", recordó la madre del menor en Hoy.
El proceso médico y legal para concretar la donación comenzó casi de inmediato, mientras la familia permaneció junto a él hasta el último momento, en una muestra de profundo amor y entereza.
Mateo dejó un legado más allá del deporte o de su recuperación médica. Durante su vida, colaboró con fundaciones como Be The Match, promoviendo la donación de médula ósea en México, donde la falta de registros y compatibilidades es aún un gran desafío.
La muerte de Mateo representó un duro golpe para su familia y para todos los que conocieron su historia. Su madre, su padre y su hermano menor tomaron cada decisión de forma conjunta, incluyendo la de acompañarlo durante sus últimas horas con vida artificial, antes de que fuera llevado al quirófano para completar el proceso de donación.
APC