Política

Los macacos y el apego

  • Vademecum
  • Los macacos y el apego
  • Óscar Hernández G.

Todo comenzó con nuestros parientes ancestrales: los macacos. 

Cuando el psicólogo Harlow realizó un experimento de observación: Fabricó un macaco de alambre, sólo la cabeza, su cuerpo de alambre sin pelo, pero con biberón; y otro macaco de peluche sin biberón. 

Colocó ambos macacos en una sola jaula, para después permitir la entrada de un infante macaco a la jaula; de tal manera que, al entrar, lo primero que hacía el macaco niño era alimentarse del macaco de alambre y después se abrazaba el resto del día del macaco de peluche. 

Después de unos días el psicólogo asustaba al macaco infante y este corría rápidamente a abrazar a la macaco de peluche y permanecía ahí durante horas. 

A partir de este experimento el fenómeno del apego fue estudiado con más atención por John Bowlby. 

Examinó la naturaleza de los vínculos afectivos del niño con su madre o cuidador primario; y los efectos secundarios negativos de la separación temprana del niño de la figura materna.

Como un niño que es separado de su madre de manera intermitente, poco a poco se convierte en un adulto ansioso e inseguro en el que no está claro si puede contar de manera segura con su madre, pase lo que pase. 

Después, si ese vínculo es roto de manera más profunda y prolongada, el niño desarrolla un mecanismo de defensa ante la ausencia; es decir, se torna indiferente e indolente ante las relaciones afectivas que al fin y al cabo “la madre no regresará nunca”; en la etapa adulta estos niños parecen muy seguros de sí mismos, sin embargo, solo es una máscara que los protege de la ausencia materna y de futuras separaciones dolorosas. 

Finalmente, otro grupo de niños adultos son una combinación de ambas situaciones, el niño con un apego disfuncional puede desarrollar un sin fin de reacciones adultas que van desde la ansiedad, angustia, depresión, adicciones o violencia indolente. 

En ellos siempre ronda y aparece en su mente adulta en situaciones de crisis la pregunta: ¿Dónde está mamá? ¿Por qué no está? 

No logran ni alcanzan tan siquiera imaginarla o transfigurarla mentalmente; porque no tienen ni existe esta figura tatuada en sus neuronas, es decir no hay memoria neuronal que pueda dibujar esa figura que parece tan solo fantasmal.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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